Unas cuantas horas más tarde, Aria estaba sentada en
la cocina en la casa de Byron y Meredith, su laptop estaba en la mesa frente a
ella. Un mensaje privado de Emily apareció en la pantalla. ¿Alguna novedad?
Obviamente
Emily quería saber si Aria había obtenido algún mensaje de A. Nop, Aria
respondió. No me ha llegado nada aun. Esperaba seguir así. En lo que a
respectaba a Aria, ella no sabía nada interesante sobre el Sr. Kahn. A no tenía
nuevas razones para atormentarla. El secreto se mantendría guardado por
siempre.
¿Aun
sigue lo del Sábado? Emily escribió a continuación.
Le
tomó un momento a Aria recordar que Emily quería que fueran al puertas abiertas
de la propiedad en Ship Lane. Definitivamente.
La
puerta frontal se cerró fuertemente, y luego vino el sonido de las llaves
cayendo sobre un bowl y Meredith arrullando suavemente a Lola. Meredith entró a
la cocina y tomó una botella de agua del refrigerador. Estaba vestida con
pantalones stretch y un polerón blanco y ancho, una alfombra de yoga estaba
atrapada bajo su brazo. Su oscuro cabello estaba en una cola de caballo, sus
mejillas estaban enrojecidas, y ella se veía muy relajada. Lola estaba fijada a
su torso en un cargador de bebé, medio adormecida.
“Ugh,
estoy muy fuera de forma,” Meredith se quejó, haciendo girar sus ojos. “Quizás
volví a enseñar muy pronto. Ni siquiera pude pararme con las manos hoy.”
“Yo nunca
pude pararme con las manos,” Aria dijo, encogiéndose de hombros.
“Podría
enseñarte cómo hacerlo si tu quieres,” Meredith ofreció.
“Lo
siento, no me interesa tanto el yoga,” Aria dijo. Lo último que quería de
Meredith era que le enseñe algo.
Meredith
puso la botella de agua en la isla y aclaró su garganta. “Realmente aprecio que
hayas ido a Fresh Fields por mí el otro día.”
Aria
gruñó, mirando una pintura abstracta de la Bruja Malvada del Oeste de El
Mago de Oz que Meredith había traído de su viejo apartamento. Si no fuera
por la estúpida cena de Meredith, Aria no se habría encontrado con el horrible
secreto del Sr. Kahn. No podía evitar culparla un poco.
“Y lo
siento... por la razón.” La voz de Meredith se quebró.
Al
comienzo Aria se erizó, pero luego se dio cuenta de que de hecho tenía algo que
quería preguntarle a Meredith. “Cuando tu y mi papá estaban saliendo, ¿Le
contaste a alguien?”
Meredith
se puso rígida. Luego de un momento, ajustó el cargador de bebé para que Lola
estuviera más cómoda. “No,” dijo tranquilamente. “No podía. Digo, cuando estábamos
juntos al comienzo, tu papá era mi profesor—no quería que lo despidan. No fue
hasta que ustedes se fueron a Islandia y yo pensé que las cosas se habían
terminado que le dije a mi mamá. Estaba furiosa conmigo. Pensó que era horrible
que yo estuviera enrollándome con un hombre casado.”
Aria
miró al piso, sorprendida. Había asumido que Meredith había presumido sobre su
novio mayor y profesor ante sus amigos, riéndose sobre la familia que estaba
destruyendo, y de lo idiota que era Ella por no sospechar que había algo
ocurriendo.
“Cuando
ustedes volvieron de Islandia y tu papá y yo comenzamos a salir otra vez, No me
atreví a decirle a mi mamá lo que ocurría,” Meredith continuó. “Me preocupé de
no decirle a nadie mas también, en caso de que ellos le dijeran—o me juzgaran
injustamente. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal.”
Aria
pasó su dedo por un individual de yute, sorprendida otra vez. Meredith se veía
tan confiada cuando ella y Byron estaban saliendo en secreto, insistiendo de
que ella no era una rompe hogares porque ella y Byron estaban enamorados. No
había esperado que Meredith se preocupe por lo que la otra gente pensara.
“¿Así
que no dijiste nada a nadie? ¿En todo el tiempo?” Aria preguntó incrédula.
Lola
se movió, y Meredith tomó un chupete rosado de la mesa y lo puso en la boca de
la bebé. “Estaba asustada de que el secreto pudiera salir a la luz. Estaba
asustada de que tu mamá pudiera atraparnos.”
“Pero
ella se iba a enterar eventualmente,” Aria apuntó.
“Lo
sé, pero no quería ser quien soltara la noticia.” Meredith presionó sus dedos
en su frente. “En realidad no quería destruir la vida de nadie, lo juro. Puede
que no se haya notado, pero la pasé muy mal con lo que estábamos haciendo.”
Aria
cerró los ojos. Quería creerle a Meredith, pero no estaba segura de poder.
“¿Sabes?
Te vi cuando nos descubriste a Byron y a mi besándonos en su auto,” Meredith
dijo suavemente. “Vi tu cara, lo devastada que estabas.”
Aria
se dio vuelta, ese horrible recuerdo volvía a su mente.
“Me sentí
terrible al respecto. Quería dar una explicación. Pero sabía que no querrías
hablar conmigo.”
“Estas
en lo cierto,” Aria admitió. “No hubiera querido.”
“Y
luego comenzaste a aparecer en todas partes,” Meredith continuó. “Viniste al
estudio de yoga—te reconocí de inmediato. Luego apareciste en mi clase de arte.
Me tiraste pintura, ¿recuerdas?”
“Ajá,”
Aria murmuró, mirando al piso. Había dibujado una A escarlata por
“adulterio” en el vestido de Meredith. Parecía tan inmaduro ahora.
Ninguna de las dos dijo algo por un rato. Meredith
volvió a amarrarse el pelo. Aria miraba los bordes irregulares de sus uñas.
Lola eructó dormida, el chupete se cayó de su boca. Aria se rio. Meredith también
se rio, luego suspiró fuertemente. “No es divertido guardar secretos,” dijo.
“Pero a veces tienes que hacerlo para protegerte a ti misma. Y para proteger a
la gente a tu alrededor.”
Por
primera vez, Aria estaba de acuerdo con Meredith. Proteger a alguien era
exactamente lo que estaba haciendo al no decirle a Noel sobre el travestismo de
su papá. Solo oírlo de esa forma la hizo sentir mucho mejor por su decisión.
Meredith
abrió el refrigerador y sacó un biberón para Lola. “Tengo algo que decirte. Me
sentí como basura cuando tu amiga me llamó y me dio un jalón de orejas.”
Aria
frunció el ceño. “¿Qué amiga?”
“Ya
sabes. La amiga con la que estabas el día que nos viste. Alison.”
Un
escalofrío zumbó en las venas de Aria. “Espera. ¿Te llamó?”
Meredith
movió su cabeza. “Ella me llamó un poco después de que nos pillaron en el
auto—algún día de Junio. Me hizo todas estas preguntas sobre mí y tu papá—si estábamos
enamorados, cuando comenzamos a salir, si ya lo habíamos hecho. Me hizo sentir
horrible.” Miró la cara de Aria. “¿Tu no la hiciste hacer eso?”
“No...”
Ali había atormentado a Aria por Meredith constantemente, pero nunca le había
dicho a Aria que había llamado a Meredith a sus espaldas. ¿Qué quería lograr
Ali? ¿Y por qué había esperado hasta Junio para llamarla? Aria y Ali pillaron a
Meredith y a Byron en Abril.
De
repente, un horrible pensamiento saltó en su cabeza. “¿Cuándo en Junio
te llamó Alison?”
Meredith
golpeó con sus dedos la mesa. “La mañana del quince. Lo recuerdo porque era el
cumpleaños de mi hermano. Pensé que era él llamando, pero era ella.”
La
habitación comenzó a dar vueltas. Quince de Junio. Ese fue el día de su
pijamada-de-final-de-séptimo-grado con Su Ali.
De
acuerdo a los eventos ordenados según las cartas, testimonios, documentos
públicos, y la investigación policial, la hermana secreta DiLaurentis había
sido sacada de La Reserva el día anterior. Una infeliz reunión familiar había
ocurrido. Dos gemelas que se odiaban estaban juntas otra vez.
El día
de la pijamada, Aria, Spencer, Hanna, y Emily habían ido a la habitación de Ali
y la descubrieron sentada allí, leyendo lo que parecía su diario de vida con
una gran sonrisa en su cara. Hasta el día de hoy, Aria se preguntaba si había
sido Su Ali en ese dormitorio...o su gemela.
“¿Aria?
¿Estás bien?”
Aria
saltó. Meredith la estaba mirando con grandes ojos azules. Aria asintió débilmente,
sintiéndose atontada. Ali había llamado a Meredith años atrás, bien—pero puede
no haber sido para hacer sentir mal a Meredith. Puede haber sido para sacar
información sucia. Y no fue Su Ali tampoco.
Fue la
Verdadera Ali.
Gracias por subirlos,nadie comparte esto...enserio,gracias!cuando subis el cap. 14?
ResponderBorrarHola! subo capítulos entre viernes y domingo por lo general, en la semana estudio. Saludos :)
BorrarNunca había esperado tanto que llegara un lunes jajaja solo para ver si subiste un capitulo.
ResponderBorrarGracias!!!!!!!!!
jsjajaj pacieencia :) que ya llegará
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