sábado, 23 de marzo de 2013

Stunning - Capítulo 9: No hay furia del infierno como la de una mujer rica desdeñada


Cuando el Sr. Marin se tomó el escenario en el encuentro del ayuntamiento, sonriendo ante su multitud de adoración, Spencer pasó por la puerta trasera de la sala del banquete hacia un pequeño estacionamiento. Solo unos cuantos lugares estaban ocupados, tomados por camionetas de último modelo y autos compactos. En la parte de atrás del lugar, junto a un Dumpster verde lleno de cajas de cartón vacías, Emily saltaba de pie a pie como si su vestido estuviera en llamas.

La puerta se abrió otra vez, y Aria y Hanna salieron. Ambas estaban sosteniendo sus celulares y parecían confundidas. Momentos atrás, Emily les envió a todas un enigmático mensaje diciendo que necesitaban hablar y juntarse ahí. Spencer le respondió preguntando si podían hablar adentro—afuera hacía frío—pero Emily respondió ¡NO!

“¿Em?” Aria llamó, caminando por raquíticos escalones de metal. “¿Estás bien?”

“Mi papá se va a preguntar dónde estoy.” Hanna se afirmaba fuertemente de la baranda, con cuidado en sus tacones altos. “¿Qué sucede?”

Emily les mostró su teléfono cuando estaban cerca. “Acabo de recibir esto.”

Las chicas leyeron la nota en la pantalla. El estómago de Spencer se dio vuelta cuando le entraron las palabras. “Espera. ¿A sabe sobre el bebé?”

Emily asintió, parecía terrificada.

“¿Pero cómo es posible? ¿Y por qué A no lo mencionó antes?” Spencer preguntó. Aun no podía creer que Emily había tenido un bebé. Antes de que se acabe la escuela el año pasado, Emily se veía—y parecía—tan normal, como si nada la molestara. Pero a mediados de Julio, poco después del encuentro de Spencer con la policía por posesión de A Fácil, Emily llamó a Spencer en pánico, diciéndole que estaba embarazada. Al comienzo, Spencer pensó que era una broma. Una no muy divertida.

“No lo sé,” Emily respondió con lágrimas en los ojos. “Quizás porque A lo sabe todo. ¿Alguien más ha recibido un mensaje?”

Spencer levantó temblorosamente su mano. “De hecho, yo sí. Anoche. Iba a contarles esta noche.”

¿Crees que tus amigos universitarios te aceptarían en su Eating Club si supieran sobre tu apetito por asesinato?


Solo leerlo otra vez hizo galopar el corazón de Spencer. Apenas había dormido un poco la noche anterior, repasando las posibilidades de quién podría ser A.

“¿Cómo podría A saber sobre Tabitha y el bebé?” Emily susurró.

Hanna exhaló, su respiración era visible en el frío aire. “Dell mismo modo que A lo sabe todo.”

“Mucha gente te vio.” Spencer temblaba en el delgado blazer que escogió para usar. “Estuviste en Philly todo el verano. A podría haber estado allí también. Quizás así es como A supo sobre mi y Kelsey.”

Emily caminaba de arriba abajo por una línea amarilla medio borrosa que demarcaba un espacio de estacionamiento. “Tu sabes lo gorda que me puse. No me veía como la chica en la portada de People. Pero supongo que alguien puede haberlo averiguado.” Arqueó su espalda y miró las retorcidas ramas de árboles sobre sus cabezas.

“Esto no es solo alguien cualquiera,” Aria denotó. “Es una persona que está para atraparnos. Alguien de quien nos equivocamos. Alguien que quiere venganza.”

“¿Pero quién?” Hanna dijo.

Emily dejó de caminar. “Ustedes ya saben quien yo creo que es A.”

Spencer gruñó. “No lo digas, Em.”

“¿Por qué no?” La voz de Emily se quebró. “Ella y Tabitha estuvieron en la Preserva juntas. Ali podría haber averiguado que matamos a Tabitha. Quizás quiere venganza por eso, además de todo lo otro que le hicimos.”

Spencer suspiró. No podía creer que Emily aun estuviera en esa misión de Ali-está-viva. “Ali y Tabitha si estuvieron en la Preserva al mismo tiempo. Eso no prueba nada. Y por última vez, los huesos de Ali no fueron encontrados en los escombros, pero todas la vimos en la casa justo antes de que se prenda.”

Una sombra pasó por la cara de Emily. “Es solo que, ¿Quién además de Ali podría seguirnos a todas partes, rastrear cada movimiento?” dijo, mirando a sus pies. “Y chicas, no van a creer quién está aquíGayle. ¿Y si A está planeando decirle lo que hice con el bebé? ¿Y si Gayle le cuenta a todos sobre mi?”

“Espera un minuto.” Hanna frunció el ceño. “¿Gayle, la mujer que quería el bebé, está adentro?”

Emily asintió. “Es esa mujer que me presentó tu papá. Srta. Riggs.”

“Así que por eso es que te llamó Heather.” Hanna cerró los ojos. “Gayle le prometió a mi papá un montón de dinero para su campaña.”

“Bien, ¿no es una hermosa coincidencia?” Spencer dijo sarcásticamente.

Aria aclaró la garganta. “Quizás no sea coincidencia.”

Todas la miraron. Aria miró a Emily. “Déjame aclararlo, Em. Acabas de ver a la mujer a la que le prometiste un bebé, la mujer a la que arruinaste al final. ¿Cierto?”

“Tuve que arruinarla” Emily interrumpió con una mirada atormentada en la cara. “¡Tuve que hacer lo que era bueno para el bebé!”

“Lo sé, lo sé.” Aria agitó las manos impacientemente. “Sólo sígueme, ¿está bien? Estabas enfermamente preocupada de que Gayle te persiguiera. Y dijiste que Gayle estaba loca. ¿No es por eso que no querías darle el bebé a ella?”

Emily arrugó la nariz. “No veo a lo que quieres llegar.”

“¿No es obvio?” Aria exclamó. “Viste a Gayle al interior. Y entonces, diez segundos después, te llegó un mensaje de A sobre el bebé. ¡Gayle es A! Quizás averiguó lo que hiciste— ¡Lo que hicimos! ¡Y ahora quiere vengarse de todas nosotras por ayudarte a quitarle su bebé!”

Emily se puso bizca. “Eso no tiene sentido. ¿Cómo podría Gayle saber sobre el problema de Spencer con la droga? ¿Cómo podría saber sobre lo que pasó en Jamaica?”

“Quizás tiene alguna conexión de Penn a Jamaica,” Aria dijo. “Ella es muy rica. Quizás contrató a un investigador privado. Nunca se sabe.”

“¿Pero qué quiere de nosotras?” Hanna preguntó.

Todas pensaron por un momento. “Quizás quiere saber dónde está el bebé,” Aria sugirió.

“O quizás Gayle solo quiere herirte como tú la heriste,” dijo Spencer temblando. “¿Recuerdas esos mensajes que te dejó en el buzón de voz, Em? Sonaba loca.” Cerró sus ojos y recordó la voz chillona de la mujer saliendo del pequeño auricular del celular. Voy a encontrarte, decía el último. Voy perseguirlos a ti y al bebé y luego lo lamentaras.

Adentro, la voz de Tom Marin sonaba por el micrófono. Hanna miró a la puerta. “¿A qué te referías cuando dijiste que el hecho de que Gayle sea la mayor donante de mi papá no sea una coincidencia, Aria?”

“Piénsalo.” Aria jugaba con uno de sus aretes de plumas. “Si Gayle es A, quizás se involucró en la campaña de tu papá para acercarse a ti. Quizás es parte de su plan maestro.”

Hanna cerró los ojos. “Mi papá dijo que sus fondos son cruciales para la campaña. Si ella por algún motivo los quitara, él no tendría el dinero para poner al aire sus comerciales por todo el estado.”

“Quizás eso también sea parte del plan maestro,” dijo sombríamente Spencer.

“Chicas, ¿Se están escuchando?” Emily parecía molesta. “No hay modo de que Gayle sea A. Si, es horrible que me haya encontrado con ella. Y sí, no sé que voy a hacer ahora que me ha visto. Pero tenemos que pensar en A llegando a Gayle, no en A siendo Gayle.”

“Yo creo que necesitamos más hechos,” Spencer dijo, “Quizás hay algún modo de que podamos probar si Gayle es A o no. Si ella es la mayor donante de tu papá Hanna, ¿quizás podrías husmear un poco?”

“¿Yo?” Hanna puso su mano en su estómago. “¿Por qué tengo que hacerlo yo?”

De repente fueron interrumpidas por un fuerte crujido. La puerta trasera se abrió, y Kate sacó su cabeza. “Allí estas,” dijo, sonaba más aliviada que enojada. “He estado buscándote por todas partes. Papá nos quiere en el escenario con él.”

“Entiendo.” Hanna se fue hacia la puerta. Miró sobre sus hombros a las otras, indicando que deberían seguirla. Aria y Spencer siguieron en línea, pero Emily se quedó donde estaba. No voy a volver a entrar, su terca expresión decía. No con Gayle allí.

Spencer miró arrepentidamente a Emily antes de volver a entrar al pasillo. La sala estaba aun mas llena que antes—todos los asientos estaban ocupados. El Sr. Marin estaba en el escenario respondiendo preguntas y fotografiando su sonrisa de político. Spencer tomó el brazo de Hanna antes de que vaya donde su padre. “¿Cuál es Gayle?”

Hanna apuntó a una mujer en un traje de tela rojo en la fila frontal, “Ella.”

Spencer miró a la mujer, evaluando su rubio cabello, delgada cara, y los enormes diamantes en sus dedos. De repente, algo hizo click. La degustación de pasteles. Gayle había estado unas cuantas mesas más allá, usando un traje de Chanel. Spencer sintió la mirada de la mujer en su espalda, pero sacó la expresión extraña y engreída de Gayle de su mente, diciéndose que solo estaba siendo paranoica.

Pero quizás no lo era. Quizás Gayle había estado mirándola. Porque quizás, solo quizás, Gayle era A.

4 comentarios:

  1. nunca puedo dejar comentarios por que siempre entro del celu, pero hoy que estoy en la pc, te digo miiil gracias x traducir esta bella y atrpante saga!!!! no se que hubiera sido de mi si una amiga no me recomienda este blog! gracias x traducir los libros!!! saludos.

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    1. Saludos para ti igualmente, gracias por el comentario :)

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  2. Que es lo que le hizo Emily a Gayle que la arruino?

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    1. lo que cuentan en el libro Ruthless, le ofreció dar en a ella su bebé, pero luego no lo hizo sin decir nada.

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