jueves, 8 de mayo de 2014

Deadly - Capítulo 12 - La Pequeña Hanna de Papá

<<<Capítulo Anterior
 Traducido por: Analía :)
Corregido por: Brayan, Pilar.

            Hanna estaba volviendo de Wawa, donde había conseguido su irresistiblemente delicioso capuccino cargado de azúcar, totalmente añadidor de centímetros a sus muslos. Entre sorbos, miró por el espejo retrovisor al Suburban negro detrás de ella. Saludó a Bo, el conductor, y él le devolvió el saludo. Aunque Bo tenía la nariz rota, músculos rasgados, y flamantes tatuajes que se asomaban por encima de su cuello, previamente, cuando Hanna había pasado por el auto para preguntarle si quería algo de beber, él había estado escuchando a Selena Gomez. También tenía una foto de su pequeña niña, Gracie, colgando en su espejo retrovisor.
            Su teléfono sonó. En un semáforo lo sacó. ALERTA DE GOOGLE PARA TABITHA CLARK, decía la pantalla. Su corazón saltó.
            Pero era un artículo sobre cómo las autoridades estaban tratando de conseguir videos de otros hoteles cercanos a The Cliffs— aparentemente, algunos estaban teniendo problemas localizando videos de tanto tiempo atrás.
            Su teléfono sonó. MIKE, decía el identificador de llamadas. Presionó el botón en el volante para activar el Bluetooth.- ¿Está ese tipo en tu cola?- preguntó sin decir hola.
            - Sip,- Hanna dijo con voz animada.
            - ¡El mío también!- Mike cantó.- Es totalmente genial, ¿crees que lleve un lanzallamas?
            Hanna resopló.- Esto no es una película de superhéroes.
            Mike hizo un sonido de desilusión, el cual Hanna encontró totalmente adorable. Estaba entusiasmada porque Fuji le había puesto seguridad a él también. Con Noel casi muriendo e Iris todavía perdida, Mike probablemente habría sido el siguiente en la lista de Ali.
            - Así que conduje por la clínica de quemaduras, y estaba infestado de policías,- Mike dijo.- Eso significa que están buscando pistas de Ali, ¿no crees?
            -Probablemente,- Hanna dijo. Los policías seguramente encontrarían huellas de Ali en un santiamén. Había muchas evidencias de ADN— cabellos, folículos capilares, muestras de sangre— de su tiempo como Kyla.- ¿Hay muchas vans de noticias?
            - Sí, pero escuché un reporte. Los policías dieron una declaración de que el asesino de Kyla es un prófugo del hospital mental. No están difundiendo una palabra sobre Ali.
            - Eso es bueno,- Hanna dijo, aliviada.
            Luego, Mike aclaro su garganta torpemente. La línea telefónica crepitó.- Así que… ¿Te sientes bien?
            Hanna se rio con nerviosismo.- ¿Quieres decir si estoy adolorida?- ella y Mike habían sido capaces de robar un poco de tiempo la noche anterior cuando su mamá no estaba en casa. No habían dejado la cama de Hanna por dos horas.
            - No…- Mike aclaró su garganta.- Estuve preocupado después de tu mensaje.
            -¿Cuál mensaje?- Hana no había mensajeado en todo el día.
            - Uh, ¿el que decía que estabas teniendo una muy mala mañana y que querías suicidarte?
            - ¿Qué?- Hanna pisó el freno con fuerza, y el Prius hizo un sonido chirriante. Su guardaespaldas casi embiste su parachoques.- ¿Recibiste un mensaje que decía eso desde mi teléfono?
            - Uh, sí. A las ocho cuarenta y cinco.
            La mente de Hanna giraba. Estaba en inglés en ese entonces. No pensando en suicidarse.
Hanna paró y tiró del embrague. El Suburban paró también.- Mike, yo no escribí eso. Alguien debió haberse apoderado de mi teléfono y enviarte un mensaje solo para meterse con nosotros.
            La estática crujió en el otro extremo.- La cosa es, Hanna, que no es la primera vez que escucho que ustedes, chicas, quieren suicidarse. Los rumores están en todas partes. Y que están pasando por mucho. Me dirías si algo te está molestando tanto, ¿verdad?
            Hanna descansó su frente contra el volante. El interior del auto de repente olía abrumadoramente a café.- Ni siquiera voy a dignificar eso con una respuesta. Necesitas reenviar esa nota a la Agente Fuji.
            Le dio la información de Fuji, y después colgó. Mientras volvía a entrar en el tráfico, su cabeza palpitaba como lo había hecho la vez que ella y Mona Vanderwaal, su vieja mejor amiga que se había vuelto loca, habían bebido mucho Patrón Silver. ¿Por qué A le había enviado una nota suicida falsa a Mike?
            Pero cuando se estacionó en la entrada de la nueva casa de su papá, su preocupación bruscamente cambió. Se le había ocurrido algo la noche anterior, después de que pasó todo lo de la estación de policía. Ali y el ayudante de A no se sentarían ociosamente una vez que descubrieran que las chicas habían envuelto a los policías. Incluso si todos sus cargos habían sido retirados, los policías no podían hacer nada para evitar que el Equipo-A divulgara sus secretos en público. Y si A hacía públicas las fotos del choque del auto de Hanna, el futuro de su padre habría terminado.
            Hanna tenía que controlar los daños, y rápido. Aparcó bajo el sauce llorón y miró hacia la nueva casa de su papá, reuniendo el coraje.
            Con sus piernas temblando, empujó la puerta de la casa. Se miró a sí misma en el gran espejo del tocador justo al lado de la despensa. Su cabello castaño estaba vivaz y lleno, sus ojos estaban brillantes, y su maquillaje perfecto. Al menos lucía fabulosa.
            Su padre e Isabel, su nueva esposa, estaban en la cocina. Isabel, a quien la piel le había palidecido considerablemente los pasados dos meses— solía hacerse bronceados falsos sin parar, pero Hanna sospechaba que los asesores de campaña le habían dicho que lucía muy naranja en las cámaras— estaba cargando los platos en el lavavajillas. El señor Marin estaba en la isla, volteando las fotos. Él alzó la mirada y le sonrió ampliamente.- ¡Hanna!- gritó, como si no la hubiera visto en meses.- ¿Cómo estás?
            Hanna le dio una mirada recelosa. No era algo de todos los días que su padre estuviera tan feliz de verla. No se lo digas, una voz en su cabeza le incitó.
            Pero tenía que hacerlo… Antes de que A lo hiciera.
            Ella se acercó.- Papá, tengo que hablar contigo.
            Él se volvió a sentar en el taburete, luciendo, de repente, asustado. Isabel detuvo el lavado,- ¿Qué está pasando?- preguntó.
            Hanna la miró.- Dije que que quería hablar con mi papá, no contigo.
            El señor Marin miró a Isabel desconcertado, después de vuelta hacia Hanna.- Cualquier cosa que quieras decirme, puedes decirlo en frente de Isabel.
            Hanna apretó sus ojos cerrados. Segundos después hubo pasos en el pasillo, la hermanastra de Hanna, Kate, apareció, su cabello húmedo por la ducha. Perfecto. Toda la familia iba a escuchar su más reciente metida de pata.
            - ¿Hanna?- El señor Marin la animó gentilmente.- ¿Qué pasa?
            Hanna mordió el interior de su mejilla. Dilo.- He estado ocultando algo,- dijo tranquilamente.- Algo que hice en junio pasado.
            No pudo ver a su papá mientras las palabras salían de su boca. Literalmente podía  sentir como la confusión le daba paso a la conmoción que conducía a la desilusión. Isabel hacía pequeños gemidos. En un punto, incluso se agarró el pecho como si estuviera teniendo un ataque cardíaco.
            - Y tú me estás contando esto… ¿Por qué?- dijo su padre, cuando Hanna hubo terminado.
            Hanna se detuvo. No le podía contar sobre A.- Bueno, algunas personas saben sobre esto. Y si quisieran arruinar tu campaña, podrían acusarme.- tragó saliva.- Pensé que estaba haciendo lo correcto en ese entonces— Madison estaba tan borracha. Si conducía ella misma a casa, definitivamente se hubiera herido— y herido a alguien más, también. Y, quiero decir, alguien se desvió a mi carril— no supe qué hacer. Pero cuando choqué, me asusté. Y no me quedé y cargué con la culpa porque quise protegerte y proteger tu campaña. Sin embargo, ahora sé que estuvo mal.
            Isabel golpeó sus costados.- ¿Mal?- chilló.- Hanna esto está más que mal. No has sido nada más que una carga en esta campaña. ¿Te has dado cuenta de que en cada paso del camino, hemos tenido que controlar los daños por los problemas en los que te has metido? ¿Tienes idea de cuánto dinero hemos gastado para limpiar tus líos?
            - Lo siento.- Hanna chilló, lágrimas saliendo de sus ojos.
            Isabel se volvió al padre de Hanna.- Te dije que esto pasaría. Te dije que era mala idea incluir a Hanna de vuelta en tu vida.
            - Isabel…- el señor Marin parecía desgarrado.
            Los ojos de Isabel se ampliaron.- ¡Sé que tú también lo piensas! Sé que desearías haberte deshecho de ella tanto como yo.
            Hanna gimió.
            -¡Mamá!- la voz de Kate sonó a través de la sala.- ¡Hanna es su hija!
            - Kate tiene razón,- el señor Marin dijo.
            Hanna contuvo su estómago. Isabel lucía como si hubiera sido abofeteada.
            El señor Marin pasó una mano por su frente.- Hanna, estaría mintiendo si te dijera que lo que hiciste no me molesta en muchos niveles. Pero no importa. Está hecho. Sólo quiero que estés bien.
            Isabel desfiló hacia él.- Tom, ¿de qué estás hablando? No puedes dejarla salirse con la suya esta vez.
            Incluso Hanna estaba asombrada. Había pensado que su padre le gritaría, la echaría, algo.
            Su padre le dio un vistazo desde detrás de la mano que cubría su cara.- Pensé que ibas a decirme algo más.- se veía culpable.- Recibí una carta esta mañana. Mi cabeza todavía da vueltas. Decía que querías cometer suicidio.
            - Dios mío,- Kate gimió.- ¡Hanna!
            Hanna abrió y cerró su boca. Primero Mike, ¿y ahora su papá? Esto se estaba poniendo ridículo.
            - Llamé a tu mamá, pero dijo que no estabas en casa. Llamé a tu celular—dos veces — pero no atendiste.
            Hanna torció su boca. Había visto esas llamadas de su papá. No había atendido porque no estaba lo bastante preparada para hablar con él todavía.
            - Estaba muy preocupado de que fueras a…- él se fue apagando, presionando sus labios juntos. Su barbilla temblaba, su garganta se balanceaba mientras tragaba.
            Isabel se movió en la esquina, había una mirada disgustada en su cara, pero no dijo nada.
            - Papá, estoy bien,- Hanna dijo suavemente, caminando hacia él, envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros.
            El señor Marin la apretó fuerte.- Sólo quiero que seas feliz,- dijo con voz grave.- Y si este accidente fue parte del por qué escribiste esa nota, si estabas asustada por decírmelo o por cómo reaccionaría, no te preocupes por eso.- aspiró fuerte.- Probablemente he estado muy concentrado en la campaña. Tal vez debería retirarme.
            - Tom, ¿has perdido la cabeza?- Isabel chilló.
            Hanna se alejó de su padre. Lo correcto hubiera sido confesar que ella nunca había querido suicidarse, pero esa atención se sentía muy bien. Además, se sentía abrumada. necesitaba su ayuda.
            Y aunque estaba muriendo por pedirle a su padre ver la nota, no quería elevar las sospechas de su padre de que pudiera haber un nuevo A.
            - No salgas de la campaña.- le dijo en su lugar.- Estoy bien, lo prometo. Y lo siento, otra vez. Cualquier cosa que pueda arreglar esto, lo haré.
            El señor Marin palmeó la espalda de Hanna. La cara de Isabel se volvió roja y más roja y, finalmente, dio un gemido con la boca cerrada y salió hecha una furia de la sala. Kate se movía inquieta en la entrada. Hanna cruzó miradas con Kate y le dedicó una sonrisa agradecida, cuando en realidad lo quería hacer era darle a su hermanastra un abrazo, pero todavía tenía miedo de alejarse del de su padre.
            Los ojos del señor Marin estaban rojos y húmedos, Hanna no lo había visto llorar en mucho, mucho tiempo.- Creo que estaría bien que hagas las paces con esa chica. ¿Cuál es su nombre? ¿Madison?
            Hanna asintió.- No sabía cómo encontrarla hasta hace un par de semanas. Su prima es Naomi Zeigler de la escuela.- se imaginó que recordaría a Naomi— Hanna solía quejarse de ella cuando ella y su papá hablaban.- Me dijo cómo contactarme con Madison.
            - Bien, quiero contactarme con la familia de Madison para ir a verla. Después de eso, estoy pensando en que tú y yo podríamos hacer un anuncio de servicio público en la televisión sobre beber y conducir. Es decir, si estás dispuesta.
            Hanna entrecerró los ojos.- ¿A qué te refieres?
            - Tú admites lo que hiciste en televisión. Haremos que los medios de comunicación hablen sobre eso.
            -¿Tú quieres llamar la atención con esto?- tal vez su padre había perdido la cabeza.
            - Captaremos la atención en la dirección correcta. Recuerda que uno de mis temas es el consumo de alcohol de menores. Si estás cómoda con eso, puedes contar tu historia y apoyar las sanciones del consumo de alcohol de menores que quiero hacer cumplir.
            Hanna torció su boca. Sólo los perdedores  querían que las leyes de beber fueran más estrictas. Pero no podía decir muy bien eso justo ahora.- Está bien. Creo que puedo hacer eso.
            - Entonces tenemos un plan.- Los ojos grises del señor Marin recorrieron su rostro.- Oh, Hanna. Casi te pierdo.
            Había un bulto enorme en la garganta de Hanna. me perdiste, quiso recordarle. La había perdido cuando se había levantado y dejado a Hanna y a su mamá, encontrado a Isabel, y empezado su nueva vida. Pero lo que sea. Tal vez eso ya no importaba más.
            El señor Marin abrió sus brazos.- Ven aquí.
            Hanna lo abrazó y puso su barbilla en su pecho, inhalando el aroma de detergente y jabón. Ella sonrió en el suéter rasposo. Aquí estaba la liberación que había estado esperando desde que se confesaron a la policía. Nada se sentía atorado en su cerebro. No había problemas que se le hincaran como astillas, que la pararan en sus pisadas.
            Pero luego captó algo por el rabillo del ojo fuera de la ventana. Se volvió justo cuando la sombra se deslizaba fuera de vista. ¿Había sido Ali escuchando? ¿El ayudante de A supervisando? Después recordó que no importaba si lo eran. Se paró recta y miró a través de vidrio, luego sacó su lengua y rodó los ojos. Toma eso, articuló.
            Eso se sintió tan malditamente bien.




Capítulo 11 - Capítulo 13

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Los comentarios pasan por moderación así que no aparecen de inmediato :) (Para evitar spam y/o spoilers)

Recuerda suscribirte a tu comentario para recibir una notificación cuando alguien responde :)