martes, 15 de diciembre de 2015

Cross My Heart, Hope to Die - Capítulo 3 - La cara que provocó mil combos


- Estas remeras son tan patéticas, - Laurel se quejó, tocando el cuello de su remera de algodón azul. - ¿Por qué no pudieron conseguírselas con American Apparel en vez de Hanes Beefy-Ts?
           Era una bella tarde de domingo, y Emma las amigas de Sutton, y la familia Mercer se habían reunido en el Parque Nacional Saguaro para el Festival Anual de Fútbol de Padres y Estudiantes de la Secundaria Hollier—Al menos así era como el banner que colgaba sobre sus cabezas lo llamaba. Una franja de pasto artificialmente verde se extendía ante ellos, y un montón de familias estaba asando hamburguesas en las asaderas públicas y cargaban sus platos con ensalada de papas y trozos de sandía.  Niños pequeños se revolcaban por las líneas recién marcadas de la cancha de futbol, jugando tocar y parar. El Sr. Mercer arrojó una remera de fútbol de la U de A [1]al aire, aparentemente emocionado por el partido de flag futbol que estaba por empezar.

           Emma se rio, metiendo su propia remera dentro de los shorts Adidas de malla de Sutton. – Es para reunir fondos. Seguramente estas remeras fueron donadas.
           Charlotte Chamberlain rodó sus ojos. – Mi mamá organiza un montón de eventos para reunir de fondos. Todos saben que si quieres reunir mucho dinero, debes gastar mucho dinero. El año pasado organizó una rifa de un abrigo Chanel vintage y juntó tres veces su valor.
           - ¿Para qué era el dinero? – Preguntó Madeline Vega, otra de las amigas de Sutton, quien se veía alta y flexible junto a la baja y curva silueta de Charlotte.
           Charlotte se encogió de hombros, haciéndose una cola de caballo con sus rizos rojizos. - ¿Importa?
           Hubo movimiento y risas tras ellos y las chicas se voltearon. Las Gemelas Twitter, Gabriella y Lilianna Fiorello, se acercaron. Habían venido vestidas con pequeños trajes de cheerleader—Lili  de negro y rojo, con alfileres de gancho gigantes en la falda, y Gabby de celeste y blanco, con su cabello rubio en una cola de caballo alta. Ambas traían pompones brillantes que hacían mucho ruido cuando los movían.
           - Oh dios mío, ¿qué están usando, chicas? – Madeline se rio.
           - Es irónico, duh, - Gabby se emocionó, levantando un pompón al aire.
           Emma les sonrió a todas. Estas eran las amigas de Sutton, pero había comenzado a pensar en ellas como sus propias amigas también. Además de Alex, su mejor amiga de Henderson, nunca se había hecho cercana con ninguna chica, mucho menos tener todo un grupo de ellas. Era una buena sensación, incluso si no podía hablarles de sus verdaderos problemas.
           Yo tampoco estaba segura de haber hablado sobre mis problemas serios con mis amigas. Nos queríamos con una lealtad feroz, pero no éramos las mejores en decirlo. Creo que todas estábamos tan concentradas en mantener nuestras fabulosas imágenes que olvidamos no siempre eran reales.
           Emma se hizo un moño y dobló sus rodillas para estirarse. Sus piernas aun dolían por haber corrido tras el auto de Becky, pero se había hecho mucho más fuerte al pretender ser Sutton—quien tenía práctica de tenis casi todos los días.
           - Oh dios mío, Sutton, ¿Vas a jugar este año? – preguntó Madeline, incrédula.
           - Pensé en probar algo nuevo, - dijo Emma relajadamente. Aunque el futbol claramente no era cosa de Sutton, en realidad estaba esperando por este juego. La cosa más cercana a una salida familiar que alguna vez había tenido mientras estuvo en adopción temporal fue un viaje al centro de reciclaje para entregar latas de bebida. Le encantaba que los Mercer tuvieran tradiciones anuales como esta. Además, era justo el tipo de distracción que necesitaba después del pánico de recibir otro mensaje del asesino de Sutton.
           - Pero siempre te quejas de cuánto odias las manchas de pasto y que la caminata de la zona de anotación de papá te hace querer morir de vergüenza, - dijo Laurel con cautela.
           Emma le dio un codazo a Laurel, sonriendo. - ¿Tienes miedo de que te vaya a ganar, hermanita?
           - ¡Ya quisieras! – se rio Laurel. - ¡Vamos!
           Emma escaneó la cancha. Además de las amigas de Sutton, varios otros chicos de Hollier estaban allí para pelear. Emma saludó de lejos a Nisha Banerjee, quien bebía un té helado bajo el toldo, y Nisha la saludó de vuelta amistosamente. Nisha y Sutton habían sido rivales, tanto dentro como fuera de la cancha de tenis, pero Emma recientemente había forjado una posible amistad con ella. El ex novio de Sutton, Garret Austin, también estaba allí, compartiendo un hot dog con su hermana menor, una chica de segundo año de secundaria con gafas Buddy Holly y cabello morado. Emma evitó encontrar su mirada—ella había roto su corazón después de que él le ofreció su cuerpo en su cumpleaños.
           Charlotte la tomó del codo. – No te des vuelta, pero tienes un admirador.
           Emma miró alrededor, buscando a Ethan, pero fueron los ojos de Thayer los que encontró. Él estaba con un grupo de chicos al otro lado de la cancha. Los otros chicos estaban golpeándose entre sí en el brazo y haciendo tonterías, pero Thayer sólo miraba a Emma. Cuando se miraron, él sonrió avergonzado y miró abajo.
           Esa mirada iba para mí, me repetí, pero el saberlo no lo hizo mucho más fácil de ver.
           - Aquí vamos de nuevo, - Madeline dijo.
           - ¿Qué? – Emma se volteó hacia sus amigas. Todas las estaban mirando con variados grados de escepticismo en sus caras. Tragó saliva nerviosa. No era tan difícil adivinar en qué estaban pensando—que algo ocurría entre ella y Thayer. Desde que él volvió a Tucson, las cosas entre Emma y Sutton habían estado algo tensas. Charlotte odiaba el hecho de que Sutton siempre parecía obtener todos los chicos—algo con lo que Sutton no había ayudado exactamente cuándo le robó Garret a Charlotte varios meses atrás. Madeline no creía que Sutton fuera buena para Thayer, quien se estaba recuperando de su adicción al alcohol. Y en cuanto a Laurel, ella y Thayer habían sido mejores amigos por mucho tiempo. Ella siempre había tenido un flechazo por él, lo cual lo hizo especialmente humillante cuando Sutton decidió ir tras él.  Emma podía imaginar lo molesta que Laurel estaba cuando se enteró de que Thayer se había reunido en secreto con su hermana todo el tiempo en que él supuestamente estuvo perdido.
           - ¡Chicas, no es así! – Emma dijo, esperando evitar lo que claramente era un tema sensible. – Thayer y yo solo somos amigos.
           - ¿Ah sí? – Charlotte miró a Thayer al otro lado del terreno, cuyos ojos seguían puestos en Emma. – Vaya mirada de amigos la que te está dando.
           Emma sintió cómo su cara se entibió. Esquivar chicos era una nueva experiencia para ella. Nunca se había quedado en una sola escuela lo suficiente para conectarse con algún posible novio. Se agachó para volver a atar sus cordones, tratando de ignorar la mirada acusadora de Charlotte.
           Cuando se enderezó, notó otra silueta familiar al otro lado del terreno, y su corazón saltó. Le hizo señas a Ethan, pero él no parecía verla. Luego vio su expresión. Estaba mirando a Thayer con fuego en los ojos. Emma retrocedió. Sabía que él estaba celoso de Thayer, pero ella nunca lo había visto lucir tan venenoso antes.
           - ¡Ethan! – gritó, pero la multitud se movió y él desapareció de su línea de visión.
           - ¿Entonces a cuál de los dos vas a llevar a mi fiesta en dos sábados? – Charlotte preguntó con una sonrisa malvada.
           - ¿Vas a dar una fiesta? ¿Desde cuándo? – Madeline interrumpió, tocando el cuello de su remera, la cual había cortado para que tenga cuello de bote.
           - Desde hace una hora, - Charlotte dijo tímidamente. – Me acabo de enterar de que mis papás van a ir a Vegas ese fin de semana. No podemos dejar pasar una oportunidad como esa, ¿cierto?
           - Genial, - Gabby susurró, buscando su iPhone y comenzando a escribir. Lili la imitó. En veinte segundos, la escuela entera sabría sobre eso, gracias a sus redes de Twitter.
           - Bueno, voy a llevar a Ethan, obviamente, - dijo Emma. Lo buscó en la cancha de nuevo, esperando haber imaginado la tenebrosa mirada que le estaba dando a Thayer. Un titular se le vino a la mente, un viejo hábito de cuando se imaginaba a sí misma como una periodista investigadora: Rumor de Triángulo Amoroso Separa Pareja Adolescente; Detalles en Página 11.
           El referee tocó el silbato, señalando a los jugadores que se junten en el medio de la cancha. Emma, Madeline, y Charlotte estaban con el Sr. Mercer en el equipo rojo. Ethan se les unió, besando a Emma en la mejilla. Laurel y la Sra. Mercer estaban del otro lado en azul, junto a Nisha y Thayer.
           - ¡Vas a hundirte! – Laurel le gritó a Emma desde el otro lado de la cancha. Emma rodó sus ojos con buenas intenciones. No hace mucho, una amenaza como esa de parte de Laurel la hubiera asustado, pero ella y Laurel ahora estaban en buenos términos. Y Laurel definitivamente no era la asesina de Sutton.
           - Muy bien, todo el mundo, - dijo el Sr. Mercer, poniéndose una bandera amarilla en la cintura y haciendo un gesto para que el grupo se reúna. – Madeline, Charlotte, ustedes nos flanquean y mantienen a esos azules fuera de nuestras espaldas. Después del saque, Sutton, tú corres por la cancha tan rápido como puedas. Te haré un pase cuando esté despejado. – Luego le apretó el brazo. – Agradezco que vayas a jugar este año.
           Emma no pudo evitar sonreír. Desde que había descubierto que el Sr. Mercer era su abuelo, se sentía cercana a él, no solo como Sutton sino que como ella misma. Pero luego la usual culpa volvió a ella. Él no sabía su secreto. Y por mucho que quería decirle, no podía. Pensó en el relicario apretándose en su garganta en la casa de Charlotte, la luz del escenario que había caído peligrosamente cerca de su cabeza, todas las veces que el asesino le había advertido que no le diga a nadie. No podía soportar el pensamiento de que su abuelo sufra—y si sabía la verdad, su vida también estaría en peligro.
           El referee tocó el silbato otra vez. Emma vio la pelota siendo pasada y salió corriendo esquivando rápidamente las remeras azules. Las agudas voces de las Gemelas Twitter gritaban desde los costados. - ¡Tenemos belleza, tenemos esmero, el otro equipo puede besarnos el…
           - ¡Sutton! – el Sr. Mercer gritó, ahogando el resto de la canción. Nisha estaba frente a él, tratando de quitarle la bandera de su cinturón, pero él se hizo para atrás un par de pasos e hizo el pase.
           El cuerpo entero de Emma se tensó al ver la pelota en el aire. Esta cayó fácilmente en sus brazos, y se dirigió hacia la meta.
           - ¿A dónde crees que vas? – desde el rabillo de su ojo vio a la Sra. Mercer venir en su camino. Su abuela era sorprendentemente diestra, flexible, por el yoga que hacía tres veces a la semana.
           Emma zigzagueó a su alrededor y aceleró más. Laurel se unió a la causa, y ella y la Sra. Mercer flanquearon a Emma mientras corría a toda marcha por la cancha.
           El cabello de Emma se soltó de su moño y flotaba tras ella. Yo iba tras ella con la velocidad, pero no podía sentir el viento en mi cabello ni la tierra bajo mis pies. Me pregunté cuántas veces había ido a este campeonato sólo para quedarme al costado con mis amigas, quejándome del calor. Quizás debí haber jugado una vez, sólo para vivir la experiencia.
           La meta se asomaba a la distancia, tan cerca que Emma podía saborearla. De repente, un par de brazo hicieron un círculo en su cintura. Cayó al piso, la pelota de futbol salió rodando lejos de ella. Cuando se dio vuelta, la cara de Thayer estaba sobre ella. – Te atrapé, - dijo suavemente, en el mismo tono de voz suave que usaría para decir te amo.
           El tiempo se detuvo por un momento. Emma olió el dulce pasto, vio las claras pecas en sus mejillas. Su cara estaba tan cerca de la de ella, pensó que se besarían.
           Habría dado cualquier cosa en ese momento para poder sentir lo que Emma sentía.
           Luego Thayer gritó cuando alguien lo levantó desde atrás. Emma miró, confundida,  y vio a Ethan empujando a Thayer.
           - Esto es flag futbol, - Ethan dijo enojado. – Vas a herir a alguien.
           Thayer empujó a Ethan alejándolo. – Vuelve a tocarme, hombre, y te voy a herir a ti.
           - Oh sí, ¿vas a derribarme como lo hiciste con mi novia? – Ethan volvió a empujarlo, esta vez con un poco más de fuerza.
           Thayer retrocedió un poco. Una peligrosa sonrisa apareció en su cara. – Voy a disfrutar patearte el trasero, - rugió. Luego se arremetió. Pronto lo dos eran un enredo de extremidades y tierra revolcándose en el suelo.
           - ¡Paren! – Emma gritó, parándose. Había sangre en la mejilla de Ethan. La remera de Thayer estaba rota en el cuello. Los pitidos del silbato del referee seguían sonando inútilmente. Los espectadores estaban de pie con las manos sobre  sus bocas. La gente corrió hacia ellos, incluyendo al Sr. Mercer.
           - ¡Paren, niños! – gritó. Pero solo a metros de distancia de la pelea, un terrón de pasto lo obstaculizó. Fue volando de cara hacia el suelo, rodando un poco antes de detenerse. Un grito de dolor salió de su boca. Ethan y Thayer dejaron de pelear y lo miraron.
           - ¡Papá! – Laurel gritó, dejándose caer a su lado. Emma y la Sra. Mercer llegaron justo después de ella.
           El Sr. Mercer dio otro grito. Ambas mejillas estaban peladas y goteó un poco de sangre al pasto. Se agarró la rodilla izquierda, la cual se había hinchado hasta el doble de su tamaño usual.
           - oh, hombre, - susurró Thayer, secándose su propia sangre de su nariz.
           La Sra. Mercer miró hacia la impotente multitud, con la cara pálida. - ¿Alguien puede ayudarme a llevarlo al auto? – Ella preguntó con firmeza.
           Thayer e Ethan se acomodaron a cada lado del Sr. Mercer. Entre los dos, se las arreglaron para ponerlo de pie inestablemente, guiarlo por la cancha, y meterlo al SUV de la familia. El Sr. Mercer se quejó todo el camino Emma los siguió, su corazón latía con fuerza en su pecho. A penas sintió la mano de Madeline en su hombro o escuchó las promesas de Charlotte de que iba a estar bien. Ella y Laurel se subieron en el asiento trasero, y la Sra. Mercer prendió el motor. Nadie habló cuando salieron del lugar.
           Emma se volteó y miró al estacionamiento. Ethan y Thayer estaban de pie a varios pies de distancia entre sí, luciendo tímidos. Los brazos de Ethan estaban cruzados. Thayer se rascaba la parte de atrás del cuello.
           - ¿Aun crees que no están peleando por ti? – murmuró Laurel.
           Emma no respondió. No quería que se peleen por ella como una damisela medieval. Quizás habían aprendido su lección ya que el Sr. Mercer había sido herido.
           No cuentes con ello, pensé, recordando el casi-beso de Thayer cuando derribó a mi gemela. El único modo de que él dejaría de pelear por mí sería saber la verdad—que yo estaba muerta y que Emma simplemente estaba reemplazándome.

[1] U de A: Universidad de Arizona

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