Traducido por: Daniela
Corregido por: Brayan
- Estamos acercándonos, - Nick susurró al
oído de Ali.
- ¿A dónde vamos? – Ali soltó una risa
nerviosa. El pasto le picaba bajo los pies. El aroma a madreselva y a lilas
flotaba en el aire. A la distancia, podía oír el correr del agua y pájaros
trinando.
Era el mismo día más tarde, y Ali había
salido con Nick. Se habían encontrado en el King James, y Ali había asumido que
iban a ir de compras, pero entonces Nick le puso una venda y dijo que al lugar
a donde la iba a llevar a continuación era algo que no podía ver hasta que
llegaran allí. Hasta donde sabía, habían subido a un taxi, Nick susurró las
indicaciones para que Ali no pudiera oír. El viaje había sido de cerca de unos
quince minutos, y se sentía gravilla crujiendo bajo los neumáticos cuando
llegaron.
- Sabes, realmente confío en ti, - Ali dijo
ahora. – No permitiría que nadie me lleve por ahí vendada.
- Es un honor, - Nick dijo. – Solo espero
que te guste donde estamos.
Luego de unos pasos más, Nick se detuvo y
sacó el género de sus ojos. – Ta-dá.
Lo primero que Ali vio, fue la
desgarradoramente linda cara de Nick—esos enternecedores ojos, esos rosados
labios besables, esos lindos mechones de cabello que se enroscaban sobre sus
oídos. Tras él había un campo lleno de flores, y tras eso estaba lo que parecía
un acantilado rocoso. Caía agua por los lados y gorgoteaba hasta un barranco
bien abajo. Muchos chicos estaban esparcidos en las grandes rocas negras en
diferentes grados de desnudez. Un mantel de picnic había sido puesto a unos
pasos de distancia, terminado con una botella de jugo de manzana gasificado en
hielo, una gran hogaza de pan francés, una rueda de quesos, y algunas uvas. Un
estéreo de iPod portable estaba colocado también sobre el mantel, y de los
parlantes salía música hip-hop.
- ¿Dónde es esto? – preguntó.
- La cantera del hombre flotante. – Nick
parecía sorprendido. - ¿Nunca has estado aquí?
Ali miró hacia el gran y claro lago al
borde del acantilado y negó con la cabeza. Spencer solía insistir en venir
aquí, pero Ali siempre se negaba, preocupada de que a todas les gustaría mucho
este lugar, lo cual haría que Spencer piense que ella era más genial que Ali
- Los clavados son geniales. – Nick caminó
hacia el mantel. – Siempre hay gente tratando de clausurar este lugar porque
dicen que es peligroso, pero nadie se ha herido aún.
Ali se sentó en el mantel junto a él,
notando que el pasto a su alrededor estaba húmedo por el rocío y lleno de
tréboles. Entonces Nick se volteó hacia ella y la besó suavemente en los
labios. Su estómago bajó en picada, y su cabeza se sintió débil. Las manos de
Nick le acariciaron los hombros. Entonces él se separó y le sonrió tímidamente.
- Eres tan genial, - susurró.
- Tú igual, - Ali respondió.
Entonces Ali se dejó caer en el mantel y
miró el cielo. Nick cortó un trozo de pan para ella y lo untó con queso. Cuando
ella se lo recibió, él apretó su mano otra vez. – En serio, ¿sabes? Esto es,
como, lo mejor. Agradezco que vinieras hoy conmigo. Espero que lo compense por
perderme la fiesta anoche.
- Yo también agradezco haber venido, - Ali
dijo. Pero de repente, por razones que no podía explicar exactamente, un
sollozo subió por su garganta. Esto era casi demasiado lindo. Se dio
vuelta.
Nick dejó de servir dos vasos de jugo de
manzana gasificado, bajando la gran botella hacia el mantel. - ¿Qué ocurre?
Ali negó con la cabeza. – Nada. Lo siento.
Solo estoy siendo una idiota.
- ¿Estás segura?
Un Jeep pasó, y unos chicos se bajaron, se
sacaron la ropa, y caminaron al borde del acantilado. Ali miró cómo saltaron
sin siquiera mirar abajo primero. Todo lo que había ocurrido recientemente
burbujeaba en su interior. Su hermana. Sus amigas. Era más de lo que podía
soportar. Sus problemas se sentían como uno de esos juguetes de serpiente
enlatada que estaban en la casa de su abuela: No importaba cuánto se esforzara
por volver a poner la tapa, seguía saliéndose, con las serpientes saltando
hacia afuera.
Miró por el acantilado, tratando de
enterrar todo bien profundo. - ¿Qué tan alta es la caída?
- No lo sé, pero no tanto como para que sea
peligroso, - Nick supuso. Luego se volvió hacia Ali y le dio una mirada muy
seria. – No tienes que cambiar el tema conmigo, ¿sabes? Yo también lo hago,
cuando hay algo con lo que estoy lidiando pero que no sé cómo hablar de ello.
Pero lo que sea que te preocupe, lo que sea que creas que no puedes decir, de
verdad puedes decírmelo.
Ali tragó saliva. Miró a Nick, luego alejó
sus ojos. – No debería, - dijo. – No es algo de lo que yo suela hablar.
- No puedo prometerte que pueda ayudar,
pero al menos escucharé. Tú me pareces que eres alguien que trata con mucha,
mucha fuerza de mantener las cosas en orden porque los demás en tu vida no
pueden. Yo soy igual.
Ali lo miró agradecida. - ¿En serio?
- Ahá. A veces me mete en problemas,
especialmente cuando estoy lidiando con cosas muy serias y no tengo a nadie a
quien recurrir. Pero todos necesitamos alguien a quien recurrir. Y
quizás tú y yo podamos recurrir el uno al otro.
Ali asintió. De repente, se sintió
valiente. Tomó aire. – Tengo una hermana gemela, - admitió. – Nadie sabe de
ella.
Solo decir esas palabras en voz alta la
hizo sentir mareada. Miró a su alrededor, segura de que un relámpago saldría
del cielo o una plaga de langostas descendería en la cantera—algo que pruebe
que el mundo había sido alterado por siempre. En vez de eso, una mariposa
revoloteó junto a ellos y las nubes en el cielo se movían. Nick alcanzó sus
manos.
- ¿Y? – dijo.
- Al comienzo, cuando éramos pequeñas, nos
llevábamos genial. – Ali tomó un puñado de pasto y lo dejó irse al viento. –
Pero entonces, repentinamente… bueno, no lo sé. Algo pasó. Y entonces ella me
odiaba. Quería que me vaya. Me hizo cosas terribles.
Nick le apretó la mano. – Lo siento mucho.
Se formó un nudo en su garganta. – Mis
padres la enviaron a un hospital. Ha estado lejos por mucho tiempo. Pero me
acabo de enterar de que vuelve para vivir con nosotros otra vez.
Nick parpadeó, su expresión era de asombro,
como si ella acabara de darle una cachetada. - ¿Lo hará?
- Bueno, sí. Mis padres quieren que
tratemos de ser una familia, pero no somos una familia—no con ella. Ella
va a arruinarlo todo. Puedo sentirlo.
- ¿Cuándo te enteraste de que volvía?
Ali giró el anillo con broche mariposa en
su oído. – Unos días atrás. – Sintió las lágrimas subiendo. – Todo lo demás
también es un desastre. Mis padres… quién sabe lo que les ocurre. Y mis
amigas—ya ni siquiera las conozco. Podría manejar todas esas cosas solas, pero
con mi hermana regresando, es como…
- Es demasiado, - Nick terminó por ella.
Ali asintió. – Exactamente.
Luego abrió sus brazos y la acercó. Ella se
anidó en su pecho, permitiéndose exactamente un sollozo. Se sentía tan bien ser
abrazada ridículamente fuerte. Presionó su oído a sus costillas y escuchó su
corazón latiendo, su ritmo era inusualmente rápido.
Se inclinó hacia atrás y miró a los ojos de
Ali. – Lo que sea que ocurra, solo mantén tu cabeza pensando en ti, ¿sabes? Lo
superarás—te ayudaré. No la dejes hundirte. Y cuando sea que quieras
descargarte, puedes llamarme. Solo quiero asegurarte de que estarás a salvo.
Ali intentó sonreír. – Está bien, - dijo
tímidamente. Entonces bajó sus ojos. – Nunca le he dicho eso a nadie, ¿sabes?
- Bueno, agradezco que me lo dijiste a mí,
- Nick respondió.
- Yo también agradezco que te lo dije.
Hubo un aullido, y muchos autos todo
terreno llegaron. Tres chicos se bajaron, se sacaron sus cascos, y corrieron
hacia el acantilado. Un grupo diferente de chicos subía la colina hacia su auto
estacionado, todos ellos se veían bronceados y cansados. Ali puso una torreja
de queso en su boca y la masticó pensativamente. Estaba agradecida de
haberle dicho a Nick. De algún modo se sentía más liviana, como que todo
estaría bien.
Luego de un rato, Ali se levantó,
dirigiéndose hacia el pequeño pabellón de baños al otro lado del
estacionamiento. Al interior del baño de chicas, se sonrió a su reflejo en el
espejo. – Él es genial, - se susurró a su imagen.
- Boo, - dijo una voz.
Ali tembló mientras dos manos se pusieron
sobre sus ojos. Quien quiera que fuera sacó sus manos y se rio a carcajadas
fuertemente. Cuando Ali se dio vuelta, vio a Ian Thomas doblegado riéndose. Su
aliento olía agriamente a alcohol. Sus Ray-Bans se cayeron de su cabeza y hasta
el piso de concreto.
Ella se alejó de él. - ¿Qué estás haciendo
aquí? Este es el baño de chicas.
- ¿Y? – Ian le dio una sonrisa de chico
malo. A veces no se le entendía bien lo que decía. – Te vi y pensé en venir a
por ese beso.
- ¿Me seguiste hasta la cantera?
- Alguien de seguro cree que ella es
importante, - Ian la molestó. – Para tu información, amo tirarme clavados. No
tenía idea de que ibas a estar aquí también. ¿Quién es ese chico con el que
estás? Parece una nenaza.
- ¡Él no es una nena! – Ali se volteó hacia
el lavabo otra vez, poniéndose jabón en las manos.
- Él no parece ser de tu tipo para nada. – Ian vino tras ella y le
tocó los hombros. - ¿Y? ¿El beso?
Ali se alejó y lo encaró. – Estoy con
alguien ahora. El trato ya no cuenta.
Ian levantó una ceja. – ¿Así que es serio
lo tuyo con el Sr. Nena, eh?
- No es asunto tuyo.
Él puso su palma contra la pared, no
parecía convencido. De repente, antes de que Ali se diera cuenta, sus labios
estaban tocando los de ella. Ali se quedó paralizada, shockeada, dejando que la
sensación de su boca contra la de ella la llene. Sus labios eran suaves, y sus
movimientos eran seguros. Y entonces una segunda emoción pasó por su cabeza:
Estaba besando a alguien a pesar de que tenía un novio. No era para nada mejor
que su mamá.
- ¿Alison?
Cuando Ali abrió sus ojos, su corazón cayó
al piso. De pie en el pasillo, mirando a través de la puerta abierta, estaba
Nick. Su boca estaba abierta. Sus ojos clavados. Él miraba de Ian a Ali,
entonces a la mano de Ian, la cual estaba firmemente tomada de la de ella.
Ali se separó. - ¡Nick!
Nick miró. Su cabeza se movió muy
ligeramente, y dio un gran paso atrás.
Ali miró impotentemente de él hacia Ian,
quien ahora estaba de pie contra la pared, de brazos cruzados, con una sonrisa
en su cara. – Esto no era… Yo no… No fue nada.
Nick parpadeó hacia ella. – Sé lo que vi. –
Miró a Ian. - ¿Qué diablos, hombre? Ella es mi novia.
Ian sonrió engreídamente, luego se enderezó
hasta su altura real. Él era al menos cuatro pulgadas más alto que Nick. – Ella
no estaba tratando de detenerme.
Los ojos de Nick ardían. Él caminó hacia
Ian, con los brazos estirados. - ¡Por favor! – Ali gritó, poniéndose entre
ellos. Y entonces Nick se giró, arrojando la botella vacía de jugo de manzana
gasificado hacia el piso. Se hizo pedazos, el vidrio volaba a todas partes. Ali
temblaba. Ian levantó sus brazos para proteger su cara.
Nick miró a Ali, negando con su cabeza
lentamente. – Ten una linda vida, Alison. – Él comenzó a darse vuelta.
Ali le tomó del brazo. - ¿D-de qué estás
hablando?
- ¿A qué te refieres? – El dejó salir una
semi-risa incrédula. – Se ha acabo. Terminamos.
- ¡No! – Ali grito, alcanzándolo. - ¡Lo
siento! ¡Por favor!
Pero Nick ya se había soltado de ella. Se
dirigía hacia el otro lado del estacionamiento. Lo siguió, gritando su nombre,
pero él seguía avanzando, sus hombros tensos, su mirada iba directo hacia
adelante.
- ¡Nick! – Ali gritó. - ¡Déjame explicarte!
– Pero incluso cuando lo dijo, se llenó de desesperanza. ¿Cómo
explicaría esto? ¿Le prometí un beso si él besaba a mi mejor amiga? Y, oh
si, ¿él está engañando a su novia, la hermana de mi mejor amiga, algo que yo he
sabido todo el tiempo? De cualquier modo que lo pusieras, ella sonaba como
una perra sin corazón.
Nick comenzó a correr. Ali corría de prisa
tras él, alarmada por la ciega y despreocupada manera en que él se dirigía al
borde del acantilado. Algo en sus movimientos parecía peligroso e irracional.
Estaba claro que el corazón de Nick estaba roto. ¿Pero qué iba a hacer?
Ahora estaba solo a unos pies de distancia
del acantilado. Ali corría tras él, con los brazos estirados y tocando su
remera con la punta de sus dedos. - ¡Espera! – ella rogó.
Pero en vez de detenerse al borde y mirar
al agua, él siguió yendo. Un segundo estaba en tierra firme, y al siguiente
estaba suspendido en medio del aire, y al siguiente…ya no estaba.
Capítulo 25 | Capítulo 27
Realmente me da mucha pena que nadie pueda saber como era la verdadera "Alison" me refiero, leyendo esto te das cuenta de muchas cosas, da una nueva perspectiva.
ResponderBorrarPor cierto muchas gracias por traducir estos buenos libros.
Es cierto, aquí se ve que no era tan malvada como la recuerdan las otras, en el fondo, bien en el fondo, tenía buenas intenciones :O
BorrarAhora me gustaría saber lo que había en la mente de la verdadera Alison, la malvada!
Saludos :)
Hola dani. Cuando terminaran este libro? Ansio saber que sucede jaja. Mil gracias por todo el esfuerzo que haces para que nosotros disfrutemos la lectura
ResponderBorrarSi supiera fecha la pondría, a medida que hay capítulos listos, se suben.
BorrarSaludos :)