jueves, 6 de junio de 2013

Stunning - Capítulo 27: Archivos de acechadora

"¿Estás seguro de que no hay nada que podamos hacer para ayudar?" Hanna le preguntó a su padre mientras él se arreglaba la corbata en el vestíbulo del Museo Gemológico Hollis, el sitio de la fiesta de recaudación de fondos. Era un enorme y hermoso espacio con suelos de mármol, paredes de mosaicos, y toneladas de vitrinas llenas de diamantes de valor incalculable, rubíes, zafiros, esmeraldas, meteoritos, y geodas. El lugar estaba impecable y precioso, con manteles blancos en las dos docenas de mesas dispuestas alrededor de la habitación, ramos enormes de flores por todas partes, y una silenciosa zona de subasta con un huevo de Fabergé, un abrigo vintage Louis Vuitton hecho de cibelina, y un alquiler de bote de tres meses de duración alrededor del mundo.

"Sí, Tom, por favor déjanos hacer algo." Kate, vestida con un vestido de color berenjena y tacones de terciopelo negro, comenzó a acicalarse frente al espejo también.

El Sr. Marín sonrió a las chicas. "Ustedes dos han hecho tanto." Pensó por un momento, luego levantó un dedo. "Podrían entretener a la Sra. Riggs mostrándole el lugar.  Tú solías ​​venir a este museo todo el tiempo, ¿no es así, Hanna? Le podrías mostrar los mostradores.”

Hanna reprimió una mueca. Era cierto que ella solía ir al museo con Ali en sexto grado, pero jugar a la guía turística con Gayle era casi la última cosa que quería hacer. Pero le daría una oportunidad de robar el teléfono de Gayle y demostrar que era A. Ahora, había incluso más de una razón para ello: Spencer había llamado en el camino, diciéndole a Hanna que estaba en el hospital —A la había drogado a ella y a un montón de chicos en Princeton, y si podían demostrar que A era Gayle y Gayle había alterado los brownies, podrían dejarla por mucho tiempo en la cárcel.

"¿Así que ella va a venir?" Hanna trató de sonar indiferente.

"Por supuesto." Sr. Marin miró su Rolex. "De hecho, me sorprende que todavía no esté aquí. Yo sé que ella quiere hablar contigo Hanna, antes de que comiencen las festividades".

"¿S-sobre qué?" Graznó Hanna. La idea de tiempo a solas con Gayle sonaba aterradora.

"Me sorprendió a mi también." El Sr. Marin levantó una ceja. "Una de sus obras de caridad es ayudar a conseguir que los adolescentes participen en actividades de la comunidad. Ella dijo algo acerca de cómo está realmente impresionada por tu participación en la campaña—sobre todo la organización de ese flash mob. Creo que quiere exprimirte información".

El estómago de Hanna se revolvió. Estaba segura de que exprimir sus ideas de la campaña no era todo lo que Gayle quería hacer. Había conocido a Liam en el flash mob y A—Gayle—lo sabía.

Ella echó hacia atrás los hombros, respiró hondo y miró a su teléfono nuevo otra vez. Plan de ataque, Aria había escrito en un e-mail a ella y a Emily. Hanna, distraes a Gayle hablando sobre la campaña. Si eso no funciona, Emily, tu caminas por donde esta Gayle y la miras directamente a los ojos. Cuando no esté prestando atención, yo iré a escondidas y agarro su teléfono. Nos reunimos en mi coche, comprobamos sus mensajes, y descargamos todo a nuestros teléfonos.

Hanna sólo podía esperar que fuera así de fácil.

Las puertas se abrieron y la gente comenzó a llegar. Hanna se pegó a su sonrisa de yo-soy-hija-de-un-político en su rostro y saludó a los VIPs. Rupert Millington, quien siempre estaba en las páginas de sociedad, debido a que sus bisabuelos una vez fueron dueños de la mitad de Rosewood, se acercó y estrechó la mano del Sr. Marín. Fletch Huxley, el alcalde de Rosewood, le dio un beso en la mejilla a Hanna. Un grupo de damas de grupos locales de beneficencia y clubes de equitación tiraron besos de aire y abrazos falsos. Miró a su alrededor para buscar a Gayle, pero ella todavía no había llegado. Ni Aria ni Emily habían llegado tampoco. Entonces, deslizándose a través de las puertas dobles como si fuera de la realeza, estaba un muchacho que se le hacía familiar, de pelo negro con un esmoquin ajustado y una niña en un vestido molestamente bonito color rosado bebé que no se veía de puta en lo más mínimo. Era Mike y Colleen, enfrascado en medio de una conversación.

El corazón de Hanna comenzó a latir con fuerza. Había algo más que tenía que hacer esta noche. Se agachó detrás de una columna para escuchar.

"No sé qué puede haber pasado con esas fotos," Colleen estaba diciendo. "El fotógrafo dijo que alguien las recogió por mí, ¡Pero eso es imposible!"

Hanna se mordió el interior de la mejilla. Ella realmente no quería aceptar el hecho de que ella había robado las fotos de Colleen. Tal vez podría simplemente devolverlas anónimamente y apuntarse el dinero que había pagado por ellas como si fuera el precio que tenía que pagar para conseguir a Mike de vuelta.

En el momento justo, Mike volvió la cabeza y vio a Hanna detrás de la columna. Hanna miró hacia otro lado, pero Colleen también la vio, y suspiró feliz. "¡Besito besito!", dijo extasiada, corriendo y besando a Hanna en ambas mejillas antes de que Hanna pudiera detenerla. "Esto es tan increíble. ¡Muchas gracias por invitarme!"

Hanna olfateó. "Yo no te invité", dijo, las palabras eran como bilis en su boca.

El rostro de Colleen cayó. Mike dio una mirada fulminante a Hanna, luego se encogió de hombros y se fue a un grupo de chicos del equipo de fútbol, que sin duda habían colado sus ginger ale con vodka en el frasco de alguien.

Colleen vio a Mike irse, luego se volvió de nuevo hacia Hanna. Sus ojos se abrieron un poco. "Uh, ¿Hanna?" Ella se inclinó hacia delante. "Tienes algo pegado a tu zapato."

La cabeza de Hanna miró hacia debajo de un golpe. Un pedazo largo de papel higiénico estaba pegado en el talón de su tacón. El calor se disparó a través de su cuerpo. ¿Cuánto tiempo había estado allí? ¿De verdad había saludado al alcalde de Rosewood así? ¿Mike lo había visto?

Hanna se agachó y tiró el trozo de papel higiénico, que estaba asquerosamente empapado, y lo sacó de su pie. Cuando levantó la vista de nuevo, Colleen se había unido a Mike en una mesa con sus amigos. Se sentía más furiosa que nunca.

A medida que la habitación se llenó y el volumen aumentó, Hanna caminó por un pasillo que mostraba una tira de ágata de Brasil y cogió su teléfono. Sacó el comercial de yogurth y lo miró de nuevo, sonriendo a la cara estreñida de Colleen. Invaluable. Luego puso copiar y pegar el enlace en un nuevo texto y seleccionó a todos en su libreta de direcciones de Rosewood Day como receptores.

Una vez que se terminó, el dedo de Hanna rondaba el botón ENVIAR. Ella miró a la sala, viendo como la banda se instaló y los asistentes a la fiesta congraciaban. Colleen y Mike estaban sentados en una mesa con los amigos de lacrosse de Mike. Mike estaba enfrascado en una conversación con el portero, que Hanna siempre había llamado Frankenstein por su cabeza cuadrada. Colleen estaba sentado junto a él, bebiendo su agua con gas, se veía un poco perdida. La pequeña actriz perfecta no sabe cómo socializar, pensó con satisfacción. Supongo que la popularidad instantánea es un poco más difícil de lo que parece, ¿no?

Pero, de repente, la expresión de pez fuera del agua de Colleen desencadenó un recuerdo. Hanna se vio a sí misma y Mona sentadas en la mejor mesa en la cafetería. Colleen se acercó y preguntó si podía unírseles, y las dos se echaron a reír. "No nos sentamos con chicas que usan zapatos Hobbit,” dijo Mona, apuntando a los Mary Janes de punta cuadrada en los pies de Colleen. Y Hanna canturreó, "El cir-culo de la vida", porque Colleen había llevado una lonchera del Rey León hasta octavo grado.

Por una fracción de segundo, el dolor fue evidente en su rostro, pero luego se encogió de hombros y canturreó, “¡Está bien! Bueno, ¡tengan un almuerzo divertido, chicas!" Mona y Hanna se habían derrumbado a reír cuando ella se alejó.

La cosa era, no mucho antes Hanna se había reído de Mona cuando ella estaba en la pandilla de Ali. Y no mucho antes de eso, la Verdadera Ali se había reído de Hanna. Por la forma en que sus rollos de grasa se salían por sobre sus jeans. Porque no podía hacer una voltereta en gimnasia. Hanna recordó cuan humillada y avergonzada se había sentido. Y, sin embargo, cuando le tocó el turno de llevar la corona de la Abeja Reina, había molestado a la gente tan poco esforzadamente, como si nunca hubiera estado en el otro lado.

La Popularidad había convertido a Ali, Mona y Hanna en perras implacables. Pero no había afectado a Colleen en lo absoluto—incluso saliendo con Mike, ella seguía siendo exactamente la misma chica de antes. Y ahora Hanna estaba siendo atormentado por la peor perra popular de todas—A. ¿Realmente Hanna quería hacerle eso a alguien más?

Su teléfono sonó de repente, estridente y ruidoso en la sala tranquila. Un nuevo mensaje texto apareció en la pantalla. Frunciendo el ceño, Hanna salió del texto que estaba planeando escribir y abrir el nuevo. El remitente era una serie de letras y números mezclados.

Vamos, Hanna. Envía el video. Tú sabes que lo deseas.

El estómago de Hanna se sintió como si estuviera en llamas. ¿Quería hacerlo? Echaba de menos a Mike desesperadamente. Ella quería que él fuera su cita aquí, no la de Colleen, y que ellos fueran a correr y a colarse al cine y jugar por horas y horas Gran Turismo, como lo hacían antes. Pero ¿podría vivir consigo misma si la única forma en que lo lograría seria enviar a todos el video? Le recordó lo que sentía cuando llevaba un par de zapatos o una pulsera que había robado en tiendas: Fue increíble tener una pulsera Tiffany alrededor de su muñeca, pero algo en ella la hacía sentir un poco sucia también. Colleen podrá haber sido molesta, pero ella no se merecía su propio A.

Hanna volvió al texto con el enlace de vídeo, respiró hondo, y pulsó SUPR. Haciendo eso se sentía muy limpiador. Casi... bueno. Como si hubiera ganado por mucho a A en el juego de A.

Una risita aguda se arremolinaba en una de las esquinas, y ella se dio vuelta. Pasos resonaron tras ella. De repente, Naomi Zeigler y Riley Wolfe caminaron hasta Hanna, sus teléfonos en sus manos.

"Te has superado a ti misma en esta ocasión, Hanna," rió Naomi.

"Bien hecho", agregó Riley, empujando un mechón de pelo de color rojo brillante detrás de su oreja.

"¿De qué están hablando?" Espetó Hanna.

"Ese video." Naomi agitó su teléfono hacia adelante y atrás. "No tiene precio."

El estómago de Hanna se desplomó a sus pies. ¿Video? ¿Naomi se refería a lo que ella creía? ¡Pero Hanna había borrado el texto! ¿Habría A enviado el video de todas formas y dicho que era de Hanna? "No fui yo, “dijo.

Riley le dio una mirada de loco. "Uh, estoy segurísima de que se parece a ti."

Acercó su teléfono celular a la cara de Hanna. Hanna se quedó mirándolo, esperando para ver Colleen en el comercial de yogurth Letón, pero una imagen de ella apareció en lugar de eso. La primera parte del video era Hanna en la clase de baile del caño. Su parte polera reveladora se levantaba y sus shorts se bajaban, haciendo gala de una tira de su ropa interior de encaje. Sus caderas se veían enormes a medida que hacía círculos y giros, y cuando ella trató de subir ese poste se veía como un mono loco. La cámara captó una toma desafortunada de su entrepierna cuando ella cayó al suelo.

"¿Qué?" Susurró Hanna.

El video seguía. La siguiente parte mostraba a Hanna acechando entre los arbustos en el centro comercial King James, mirando a Victoria’s Secret con binoculares. El camuflaje hacía que su piel luzca de color rojo y con manchas y la cintura mucho más grande de lo que realmente era. Y cuando salió de entre los arbustos, tenía un par de hojas en su trasero. La cámara se acercó a ellos mientras seguía a Mike y Colleen por el vestíbulo.

Hanna miró a las chicas, su corazón latía más rápido. "No entiendo."

"Haciendo un poco de espionaje, ¿O no, Hanna?" Rió Naomi.

El video continuaba. El siguiente fue un clip de Colleen entrando en el estudio del fotógrafo, Hanna escondida detrás de ella, se veía desesperada y ridícula. Y luego mostró a Hanna apenas unas horas antes, retirando las fotos de Colleen, mirándolas con enojo, y tirándolas en la guantera. El cuadro final fue un mensaje en negrita y rojo. ¡Hanna Marin, acosadora desesperada!

"Oh Dios mío". Su estómago se hundió.

Naomi se rió. "Siempre pensé que eras una perdedora al salir con un hombre más joven, pero ¿espiarlo después de que te dejó? Eso es nuevo nivel de bajo, incluso para ti. Y ahora todo el mundo lo sabe.”

"¿Todo el mundo?" Graznó Hanna.

Miró al salón y obtuvo su respuesta. Un grupo de chicos de Rosewood Day miraban asombrado a sus teléfonos, y luego levantaron la cabeza en masa y miraron boquiabiertos hacia Hanna. "¡Te ves sexy en camuflaje, Hanna!", dijo Seth Cardiff. "¡Hey, Mike, tienes una admiradora secreta!" Rió Mason Byers.

Mike. Hanna lo encontró a él y a Colleen cerca de la ventana, mirando a su teléfono. Hanna podría señalar el momento exacto en que Colleen llegó a la parte en el video donde Hanna robó sus fotos. Se tapó la boca con la mano y luego miró a Hanna con una mirada traicionada en su rostro. La cabeza de Mike levantó de golpe y también la miró, con los ojos ardiendo. Colleen volvió y huyó hacia el vestíbulo. Mike la siguió.

Hanna dio unos pasos torcidos hacia atrás, casi tropezando con una larga cortina que separaba la sala principal de un pequeño pasillo. ¿Cómo había sucedido esto? ¿Quién había estado siguiéndola? ¿Quién envió el video a todo el mundo?


Por supuesto: A. Esta fue una razón para animarla a espiar a Colleen: sacárselo en cara y asegurarse de que pierda a Mike por siempre.

Traducido por: Eve
Corregido por: Daniela

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