sábado, 31 de agosto de 2013

Burned - Capítulo 16: Al otro lado de la gran división

                     
Traducción: Daniela
Corrección: Frío, Ade Rubiah

        Esa tarde, Emily y Jordan esperaban en la cima del acantilado en el bosque. Había una espesa capa de árboles ondeando tras ellas, las ranas croaban desde un hueco escondido, y una tirolesa se tambaleaba con la brisa. Emily miraba cómo dos chicos frente a ella tomaban los mangos de la tirolesa para dos y se lanzaban. Planearon por el aire, gritando de alegría y riendo, y aterrizaron con seguridad al otro lado de la quebrada. Sin embargo no parecía un asunto como para reírse según Emily. Más bien era como una trampa mortal.

        Se acercó a Jordan quien no podía estar quieta de la emoción. - ¿Estás segura de que deberíamos hacer esto?

        Las cejas de Jordan se arrugaron. - ¿No te vas a acobardar y dejarme ahora, o sí? He querido hacer esto por años.

        -¿Y si la cuerda se rompe? – Emily miró con nervios al abismo hacia abajo. El instructor había dicho que eran al menos cuarenta pies de altura.

        - Las cuerdas son súper fuertes – Jordan inspeccionó a Emily con cuidado. – Estás realmente asustada ¿no?

        Emily tragó saliva. – Tenía una amiga que estaba medio loca. Me llevó a una quebrada a comienzos de este año, y tuvimos una pelea, y por un momento estuve segura de que iba a empujarme hacia la orilla  - Cerró sus ojos y pensó en esa horrible noche con Kelsey Pierce.

        Los ojos de Jordan se abrieron por completo. – Wow.

        - Estuve bien, por supuesto – Emily dijo rápidamente. – Mi amiga también salió bien. Todo eso sólo me asustó, eso es todo. – Ni siquiera quería entrar en cómo Mona Vanderwaal se había caído del mismo barranco el año anterior. A pesar de que había contado a Jordan  lo básico sobre Ali y A, no había entrado demasiado en muchos de los detalles. Y ciertamente no le había contado sobre el Nuevo A.

        - Mira, prometo que yo no te empujaré por el borde ni nada – Jordan dijo. - ¿Y qué tal esto? Si tu cuerda se rompe, me lanzaré al abismo después de ti. Si ambas morimos, al menos podremos explorar el más allá juntas.

        - Está bien – Emily susurró. Buscó la mano de Jordan. Jordan miró con nervios de un lado a otro, y luego enlazó sus dedos con los de ella. A pesar de que se habían besado en privado muchas veces desde su tour del bote ayer, no lo habían hecho en público aún. Emily dudaba sobre preguntar el por qué. Quizás era muy rápido. O quizás Jordan estaba preocupada sobre lo que sus nuevos compañeros de Ulster dirían sobre ella por tener una novia, al igual que Emily había llegado a pensar de ella misma.

        Jordan era totalmente perfecta. Anoche, después de su crucero secreto, fueron abiertas sobre todo, cubriendo temas que Emily no se había atrevido a explorar con nadie antes. Jordan reveló que había tenido unos desastrososs novios, y que se había enamorado de una chica tóxica llamada Mackenzie. Cuando Emily preguntó por detalles, Jordan no pudo seguir. – Fue muy doloroso – admitió. – Eres, de hecho, la primera persona con la que he hablado sobre ella. Oficialmente sabes más sobre mí que nadie.

        Otro chico se fue por la tirolesa, dejando ir un agudo gemido mientras se dejó llevar al otro lado del barranco. De repente, Emily y Jordan eran las siguientes en la fila. - ¿Están listas chicas? – El instructor preguntó.

        Los pies de Emily se sentían enterrados en el barro, pero Jordan la arrastró hacia adelante. – Sí– Tomó la mano de Emily y la apretó con fuerza – Te sostendré todo el tiempo. Lo prometo.

        Emily temblorosamente dejó que el instructor le pusiese el arnés. Apenas podía sostener el mango de la tirolesa, sus palmas sudaban mucho. El instructor hizo la cuenta regresiva y luego gritó - ¡Vamos! – y Jordan saltó. Emily no tuvo otra opción que ir con ella.

        Sintió que su cuerpo estaba siendo arrastrado hacia abajo por el barranco y gritó. Pero luego notó que no estaba cayendo, estaba flotando. El arnés la sostenía, y el mecanismo la llevó rápidamente al otro lado de la quebrada. El viento pasaba entre su cabello. Bajo ella, pudo ver el piso del bosque, alfombrado con toneladas de flores de colores brillantes. A su lado, Jordan estaba riendo a muerte. Emily le lanzó una sonrisa eufórica.

        En segundos, estaban al otro lado, sin aire. El cuerpo entero de Emily temblaba mientras el instructor le quitaba el arnés y le sacaba el casco. Luego se volvió hacia Jordan. Sus labios se sintieron poco firmes cuando sonrió. - ¿Podemos hacerlo otra vez?

        - Por supuesto – Jordan dijo – Sabía que te encantaría.

        Caminaron por la línea a través de la quebrada tres veces más. Cuando abordaron al Jeep que las llevaría de vuelta al barco, Emily chequeó su teléfono. Aria le había enviado un mensaje, preguntando si podía encontrarse con ella y Spencer en la sala común. Emily no preguntó por qué, pero asumió que era para practicar su rutina de hula.

        - Desearía que pudieras participar en el show de talentos – Emily suspiró, descansando su cabeza en el hombro de Jordan – Hanna se bajó, así que necesitamos a una más – No le había contado a sus amigas sobre Jordan aún, pero quizás debería. ¿Realmente les importaría que Jordan fuera una polizona? Aunque ni la misma Jordan parecía muy preocupada al respecto.

        - Desearía poder, también – Jordan suspiró – Pero sabes que no puedo. Te veré desde la audiencia, ¿está bien? Y si ganas, más te vale que me des una vuelta en tu Vespa.

        - Cuando gane – Emily la corrigió.

        En el barco, Jordan se escabulló del guardia escondiéndose entre un grupo de chicos para no tener que mostrar su ID. Partieron hacia los elevadores, Jordan decía que iba a descansar en el dormitorio mientras Emily iba a encontrarse con Aria. Luego Jordan se inclinó para darle un beso. Cuando se separaron, Emily puso un mechón de cabello tras la oreja de Jordan. – Pensé que te incomodaba que fuéramos afectivas en público – dijo.

        Jordan se encogió de hombros – Esto es nuevo para mí. Pero contigo, no tengo nada que ocultar.

        Besó a Emily una vez más, luego desapareció en el elevador. Emily se dirigió hacia la sala común, tarareando la canción de salsa que había escuchado en la radio de vuelta al barco. Cuando pasó por un gran panel de espejos en el pasillo, se rió. Sus labios estaban hinchados y su piel rosada de tanto sol. No podía recordar cuándo fue la última vez que estaba tan feliz.

        Rodeó la esquina hacia la sala común y escaneó los sillones. En ninguno de ellos estaban Spencer o Aria aún. Se acomodó en uno de los sofás, mirando la transmisión del satélite de CNN en la TV que estaba montada en la pared. LA PIJA LADRONA AÚN PRÓFUGA - decía un banner en la parte inferior de la pantalla.

        Un reportero apareció. –Hemos estado toda la mañana siguiendo la historia sobre una chica de dieciocho años de New York conocida como la PIJA LADRONA,que  escapó de su celda de retención en Philadelphia tres días atrás.

        Hubo un video de un grupo de abogados caminando hacia un juzgado – Notoria por robar aviones privados, barcos caros, motocicletas,y por dar extravagantes paseos en autos robados. Katherine DeLong estaría retenida hasta que su juicio tuviese fecha para comenzar al final de esta semana . Dijo un vocero – Pero temprano en la mañana del domingo, los guardias de seguridad la encontraron perdida. Las autoridades sospechan que está tratando de salir del país. Es muy peligrosa, y si alguien tiene información sobre su paradero…

        Una foto de anuario de la Pija Ladrona apareció en la pantalla. Emily entrecerró sus ojos hacia la foto, luego miró una segunda vez. ¿Era esa…Jordan?

        - ¿Emily?

        Emily miró hacia arriba. Spencer y Aria estaban de pie tras ella, las faldas de pasto que habían hecho unos días atrás estaban en sus manos. Miraron de la televisión a la cara afligida de Emily, confundidas.

        - Yo… - Emily no sabía que decir.

        Su mirada volvió a la TV. Ahora las noticias mostraban un video de Jordan saliendo del juzgado con un traje naranja. Luego una foto de Jordan con un vestido, zapatillas deportivas y un cintillo de seda familiar en su cabello. Otro video de Jordan en la corte apareció. Un abogado susurró en su oído. Había brillantes esposas en sus muñecas y ataduras en sus tobillos.

        Se sentía como si el cielo estuviera desmoronándose. La ira hirvió en el  interior de Emily, súbita y penetrante. Con las manos temblando, tomó su celular y escribió un mensaje a Jordan. Sé quién eres, mentirosa, escribió. No quiero volver a verte. Sal de mi habitación ahora. Presionó ENVIAR y soltó un sollozo.

        - ¿Emily? – Aria se veía preocupada. - ¿Qué sucede?

        - ¿Conoces a esa chica? – Spencer preguntó, apuntando a la TV.

        La boca de Emily se sentía como si estuviera llena de mantequilla de maní – Ella es mi nueva... ella es…La conozco.

        - Oh dios mío – Aria susurró - ¿Es ella la nueva chica que conociste? ¿Está en el barco?

        Emily asintió débilmente, asustada de decir más.

        Beep.

        Sus ojos se llenaron de lágrimas, miró su celular, preparándose por lo que Jordan diría. Pero cuando miró la pantalla decía “Un nuevo mensaje de texto de Anónimo”.
       
Hubo una avalancha de calor en su estómago. Miró a su alrededor. La sala común estaba llena de chicos—estaban en los sillones, sentados en las mesas, jugando al  pinball en la máquina temática de los Simpsons de la esquina. Creyó ver un flash de cabello rubio desaparecer en un rincón. Emily se levantó a medias y miró al pasillo, pero la silueta se había desvanecido.
       
Miró el mensaje.

¡Tierno! ¡Quizás tú y la Señorita Pija Ladrona puedan compartir habitación en la cárcel! —A


miércoles, 28 de agosto de 2013

Burned - Capítulo 15: Una Imagen vale más que mil palabras

Traducción: Daniela
Corrección: Frío, Ade Rubiah


        La mañana del viernes, Aria y Noel estaban de pie en la cocina del barco en diferentes puestos de trabajo. En un intento por hacer algo juntos, se apuntaron para ser voluntarios en la cocina todo-natural, todo-orgánico. Claro que no sabían que serían asignados al turno de desayuno a las 6 A.M.

        Aria miró al bowl de Noel y frunció el ceño. - Creo que pusiste mucha harina en la masa - susurró, mirando a escondidas a Bette, la alta mujer que estaba a cargo de la cocina.

        La ceja de Noel se arrugó, y miró la receta laminada junto a él. - Decía doce tazas para este tamaño de tanda. Creo que eso es lo que hice.

        Aria movió la masa con un tenedor - Creo que se supone que debe ser más espesa. Está muy grumosa.

        Noel se rio - Tú eres grumosa.

        Hizo cosquillas a Aria, y ella lo abofeteó con un mitón del horno. Tenía que admitir que esto del desayuno de la madrugada era divertido: Eran los únicos chicos en la cocina, y había una estación romántica de guitarra clásica en la radio, y el aire se sentía fresco y limpio, sin ser tropicalmente húmedo. Cierto, Aria no se había dado cuenta que la mayoría de sus quehaceres de cocina incluirían manipular carne: retirar miles de tiras tocino de pavo de campo del freezer, freír grumosas salchichas de res alimentado con pasto, incluso lidiar con algo llamado  “Scrapple”, lo cual ella estaba convencida de que incluía hocicos de cerdo—no obstante hocicos de cerdo orgánicos. Pero incluso eso era un bajo costo que pagar a cambio de tiempo de calidad con Noel.

        Noel puso más leche en la masa - Hey, ya que estamos levantados temprano, deberíamos ir a dar un paseo por la playa. Podría mostrarte el rap que Mike y yo haremos en el show de talentos el Domingo - le dio un codazo.

        - ¡Eso sería genial! - Aria dijo, pero luego se mordió el labio, recordando. - Pero no puedo hoy. Prometí que jugaría en el mini golf con Graham esta mañana.

        - Oh - Noel miró su bowl - Está bien.

        Aria puso otra bandeja de tocino en la plancha. Chisporroteó fuertemente. - Lo lamento mucho. Si me hubieras invitado más temprano, podría haber reorganizado las cosas. - Habían cenado con un gran grupo de chicos la noche anterior. Aria y Noel apenas habían conversado.

        - Dije que está bien - Noel dijo rígidamente - Pero estás pasando mucho tiempo con ese tal Graham.

        Aria arrugó su nariz. ¿Ese tal Graham? Eso era algo que su mamá diría. - No es como si me gustara. Él es uno de esos chicos que se viste de armadura y va a justas.

        - Pero ¿ le gustas?

        Ella se rio. - Definitivamente no. Estoy tratando de hacer que le hable a la chica que le gusta, de hecho. Su anterior novia falleció, y es muy tímido para hablarle por sí mismo.

        Noel levantó la mirada, sorprendido. - ¿Cómo murió?

        Aria se mordió con fuerza el interior de su mejilla. - Um, no estoy segura.

        En realidad, tampoco debería haberle contado a sus amigas sobre Graham—no podían sacar de sus cabezas que Graham podría ser A. La tarde de ayer antes de la cena, cuando se juntaron para repasar su rutina de hula, Emily le había dicho que había visto a Graham merodeando por uno de los pasillos. Y Hanna, quien se había juntado con ellas a pesar de que ahora iba a hacer un acto con Naomi, remarcó que le parecía que Graham no tenía amigos en el crucero—él siempre se sienta solo en las comidas. - ¿Y si abordó por otras razones—como acecharnos?

        - Él no es A - Aria insistió. - Ni siquiera es como si su relación con Tabitha haya sido reciente.

        - Si, pero tu dijiste que le gustaba más de lo que a él le gustaba a ella - Hanna le recordó - Quizás pensó que ella era el amor de su vida o algo. Quizás él es uno de esos chicos locos que se muere por tomar venganza.

        - Ni siquiera lo conocen - Aria dijo defensivamente.

        - Sí, pero tú tampoco. - Hanna replicó.

        Ahora, se aclaró la garganta y miró a Noel - Solo siento que necesito ayudar al chico. Es divertido jugar al casamentero.

        Noel tomó un trago del mug de café que estaba junto a él - Siempre y cuando no juegues al casamentero y lo emparejes contigo. Podrías estar dándole falsas esperanzas sin siquiera saberlo.

        El tocino crepitó con fuerza - ¿No confías en mí? - Aria preguntó.

        - Por supuesto que sí - Noel dijo rápidamente. - Es solo...Pensé que el crucero sería diferente. No pensé que esta Eco Búsqueda tuya te tomaría tanto tiempo.

        Aria le apuntó con la espátula. - Tú eres  el que no quiso hacer la Eco Búsqueda conmigo. Tú eres el que insistió en surfear. Tú sabías que yo no podía hacer eso contigo. Tú sabes que no puedo nadar muy bien. Pero lo hiciste de todos modos.

        - ¡Tú dijiste que podía!

        - Y lo dije en serio - Aria dijo - Creo que es genial que estés divirtiéndote. Pero no me culpes a mí porque yo me esté divirtiendo.

        Los ojos de Noel se abrieron por completo. - Bueno. No diré nada. No te molestaré para nada.

        - Bueno. - Aria respondió, subiendo de nivel.

        Se volvió de vuelta al tocino. Noel revolvió su mezcla. Sus movimientos se volvieron tan forzados y vehementes que el exceso de harina se elevó en una nube y cubrió su cara con una delgada neblina blanca. Parpadeó con fuerza, pareciendo un mimo.

        Aria no pudo evitar reír. Luego de un momento, Noel se rio también. Negó con la cabeza y cuidadosamente la golpeó en el hombro. - Lo siento. Estoy siendo un idiota.

        - No, yo lo siento. - Aria dijo, agarrando una toalla de papel y limpiando la harina de su cara. - No quiero pelear. Quiero que nos divirtamos. Pero no deberías estar celoso por Graham, ¿está bien? Te amo a ti.

        Noel escupió harina de entre sus labios. - Sin embargo, ustedes dos son realmente artísticos. Probablemente tienen mucho en común.

        La boca de Aria se abrió de golpe. ¿En serio? Habían habido muchas veces en que ella se había sentido inferior estando cerca de Noel—él era tan rico, bello, y popular que a veces ella se sentía como la excéntrica Aria de sexto grado, la estúpida secuaz de Ali. Pero esta era la primera vez que él le había dicho que él no se sentía suficientemente bueno para ella.

        - Noel... - tocó su brazo. - Estás siendo ridículo. Lo prometo.

        - Está bien, - Noel dijo luego de un momento. - Es solo que realmente quería pasear hoy para poder darte esto.

        Se sacudió la harina de las manos y sacó un collar de oro de su bolsillo. Un pendiente giró lentamente en una cadena. Estaba deslustrado y un poco magullado, quizás antiguo, con un complejo y enroscado diseño en el frente.

        El medallón se veía vagamente familiar. - ¿Lo sacaste de una de esas caras joyerías en Old San Juan? - preguntó.

        Noel negó con la cabeza. - De hecho lo encontré en la playa en nuestro sitio de surf en Puerto Rico ayer. Casi lo pisé. Es como si estuviera destinado que fuera mío—o tuyo.

        - Es como un tesoro hundido - Aria susurró, dejando que Noel se lo ponga en su cuello. Lo miró. Tenía una inicial en el frente— ¿una I? ¿Una J? Era imposible de saber, ya que la letra casi se había desvanecido. El collar había tenido toda una vida antes que ella, toda una historia de la que nunca se enteraría.

        - Lo usaré siempre. - Le dijo a Noel, y puso sus brazos alrededor de él, sin importarle que estaba llenándose de harina a ella misma. Y luego, así de fácil, todo se sintió perfecto otra vez.


        Una hora después, Aria y Graham estaban de pie en la cancha verde de mini golf del barco. Técnicamente, se suponía que deberían estar discutiendo la próxima pista para la Eco Búsqueda del Tesoro—involucraba averiguar qué parte del barco estaba construida con el mayor porcentaje de materiales reciclados—pero sus miradas estaban en una chica doblada sobre un tee en el hoyo 5. Era Tori. Usaba una larga falda de campesina, una blusa azul acanalada, sandalias que tenían pequeñas joyas en cada tira, y una tobillera plateada, lo cual le daba una impresión a Aria tanto de bohemia como de Shakesperiana. Tori balanceó su palo de golf y cuidadosamente tocó la pelota azul de golf hacia la boca abierta del payaso, pero golpeó el riel y se devolvió a la rampa.

        - Así que he preguntado por ahí, y averigüé que Tori no tiene novio - Aria susurró en el oído de Graham - Estás totalmente listo.

        Las mejillas de Graham se enrojecieron - ¿Preguntaste sobre ella?

        - ¿De qué otro modo íbamos a averiguar lo que sea? - Aria tomó un palo de golf del rack - Ahora vamos. Vayamos al hoyo que está justo más atrás que ella. Luego quiero que halagues sus habilidades de jugar golf.

        - ¿Hablas en serio? - Graham se rio - Se ha pasado de meter la bola por la boca del payaso como seis veces.

        Aria lo miró. - ¿No sabes nada? Cuando es sobre coquetear, ¡mientes! ¡Dices lo que sea que te tome para hacer que las chicas se sientan geniales y especiales! - giró sus ojos en tono amistoso - ¡No tienes esperanza!

        - Apuesto que te preguntas cómo alguna vez tuve una novia, ¿huh? - Graham bromeó.

        Aria hizo un gesto con su mano, no queriendo hablar sobre Tabitha. - Lo hiciste genial con ella ayer en la playa - Graham había hablado con Tori por casi diez minutos antes de asustarse y volver a Aria, diciendo que tenía miedo de que se iban a quedar sin tema de conversación. - Parecía que le gustabas. Ahora solo tienes que sellar el pacto.

        Caminó hacia el hoyo junto al que Tori estaba jugando. Un pequeño molino giraba destartaladamente. La meta era meter la bola por un pequeño agujero al fondo. Cuando le pasó el palo de golf a Graham, él le sonrió agradecidamente. - Es realmente dulce de tu parte que hagas esto por mí.

        - Estoy agradecida de ayudar - Aria dijo, su confianza estaba renovada. ¿Cómo podían sus amigas pensar que Graham era A? Más allá del hecho de que no tenía sentido para nada, él era demasiado simpático. Esta mañana, ella lo buscó en su dormitorio, el cual estaba justo al final del de Noel, y Graham y su compañero de cuarto, Carson, estaban jugando videojuegos, riendo. Entonces, Graham le dio unas educadas gracias a la mucama que venía a limpiar su habitación. Los acechadores psicópatas no se llevaban bien con sus compañeros de cuarto ni agradecían al staff, ¿o sí?

        Tori finalmente se las arregló para meter la bola por la boca del payaso. Cuando sus amigas celebraron, Aria empujó a Graham hacia ella. - Uh, ¡Buena esa, Tori! - dijo un poco tenso.

        Tori miró, identificó a Graham, y sonrió. - Hey, Graham - Luego miró a su palo de golf. - Pero mientes. Soy un desastre.

        - Eres mejor que yo - Graham dijo tímidamente.

        Tori sonrió, luego caminó al próximo hoyo. Graham giró de vuelta a Aria, se veía desalentado. - ¿Ves? ¡No tengo esperanzas!

        - ¿De qué hablas? - Aria dijo - ¡Lo haces genial! - Ella recogió su palo de golf, el cual había apoyado contra el molino. - Sigámoslas. Quizás nos invitarán a jugar con ellas.

        - ¿No se va a ver muy obvio? - Graham susurró. -¡Ni siquiera jugamos en este hoyo!

        - ¿A quién le importa? - Aria corrió las puntas de sus dedos por la punta de la estructura del payaso cuando caminaron. - No es como si alguien se tomara esto en serio, de todas formas. - Miró a Tori mientras puso su bola en el tee y balanceó su palo de golf. - Ahora tienes que averiguar qué le interesa. Luego pretende que también te interesa eso.

        Le dio otro codazo, y Graham caminó hacia Tori otra vez. Él esperó hasta que ella terminó su lanzamiento—el cual, como siempre, no fue hacia ningún lugar cerca del hoyo—y aclaró su garganta. - ¿Te gustan, um, las Ferias Renacentistas?

        Aria se avergonzó y consideró abortar la operación. No quería que Graham imponga sus intereses en ella. Pero Tori se iluminó. - Solo he ido a una, pero fue genial. ¿Por qué?

        Graham sonrió. - Noté tu tobillera y pensé que la habrías comprado en este festival Renacentista afuera de Philly. Hay un chico allí que hace sus propias joyas de plata. Trabajé en el puesto junto al de él un verano.

        Tori se paró sobre la pequeña división que separaba la parte verde del golf de la cubierta y se acercó a Graham. - ¿Qué haces en el festival?

        - Hago unas cuantas cosas, pero en ese trabajo en particular ayudé a un tipo viejo a construir laúdes.

        - ¿Qué es un laúd?

        - Son pequeñas guitarras acústicas, pero suenan diferente. - Graham explicó. - Traje una a bordo, de hecho. Voy a tocar una canción de Death Cab for Cutie en el show de talentos.

        Tori levantó una ceja. - ¿En serio?

        Graham comenzó a responder, pero de repente el teléfono de Tori sonó. Lo miró y giró sus ojos - Es mi mamá. - dijo, levantándolo hacia su oreja - Me ha llamado, como, cada día desde que partimos.

        Tori caminó hacia la cascada en el hoyo 12. Graham se veía confundido. - ¿Ahora qué hago?

        - Nada - Aria lo guio de vuelta a la caseta de los palos de golf. - Ahora tienes algo para hablar la próxima vez que se vean. Y tu próxima tarea es invitarla a una cita.

        Una sonrisa nerviosa apareció lentamente en la cara de Graham. - Está bien. - golpeó el brazo de Aria. - ¿Qué habría hecho sin ti?

        - Sólo asegúrate de invitarme a la boda - Aria le dio un puñetazo de forma amistosa en el hombro a Graham. Luego, el teléfono de Aria vibró en su bolsillo. Aun sonriendo, lo sacó y miró a la pantalla. Dos nuevos mensajes multimedia.

        Sus dedos comenzaron a hormiguear, y levantó la mirada, sintiendo como si alguien estuviera mirando. Una sombra se escurrió tras el molino. Las puertas de la caseta de los palos de golf se cerraron ruidosamente. Algo se movió tras un enrejado. Pero cuando Aria miró mejor, no notó nada incorrecto.

        Presionó LEER. La primera imagen se cargó en la pantalla. El famoso techo terraza del Resort The Cliffs estaba nítidamente enfocado, cinco cabezas fácilmente visibles sobre la cima. La foto era borrosa, pero Aria pudo divisar sus brazos estirados. Tabitha, en su vestido amarillo, de pie junto a ella, a punto de venirse abajo.

        Cuando Aria presionó la flecha derecha, la siguiente foto apareció. Esta toma había sido tomada medio segundo después, capturando el momento en que Aria había empujado a Tabitha. Su cuerpo sobre el aire. Aria permanecía en la terraza, sus manos en sus caderas. Se veía como una asesina a sangre fría.

        - ¿Aria? - Graham estaba de pie tras ella. - ¿Todo está bien?

        Aria saltó y escondió la pantalla con su mano - Uh, todo está bien - mintió.

        Tocó el teclado para borrar ambas fotos, pero por alguna razón, no desaparecían. Cada vez que hacía click en su galería de fotos otra vez, allí estaban, al centro de la atención. Su corazón latía con fuerza. Solo tenerlas en su celular la hacía sentir como que había una ventana en su cabeza. Tenía que deshacerse de ellas.

        Su celular sonó otra vez. Un nuevo mensaje, decía una nueva alerta. Aria presionó LEER.

    ¿Y si un pequeño “pajarito” le mostrara estas a Graham—y a la policía? Yo puedo—y lo haré. —A



domingo, 18 de agosto de 2013

Burned - Capítulo 14: El nado inesperado de Spencer


Traducción: Daniela
Corrección: Frío


            - ¡Aquí tienen! - Una camarera latina puso una gran bandeja frente a Spencer y Reefer. - ¡El sabroso menú seis ceviches! ¡Buen apetito!

Cuando se alejó, meneando sus amplias caderas, Spencer miró a los seis pequeños bowls. - No puedo creer que me hayas convencido de esto. He estado en el Caribe diecisiete veces, y me las he arreglado para evitar el ceviche hasta ahora.
           
- Aw, ¡Una virgen del ceviche! - Reefer le acercó un tenedor. - Vamos. Tienes que probar algo. Lo amarás.

            Spencer levantó la mirada, alargando la espera. Era la noche del jueves, y estaban en un restaurant Latino al aire libre en Old San Juan. Palmeras los rodeaban, y cada mesa tenía una vela votiva parpadeando y un florero de flores tropicales. Una banda tocaba alegre y salvaje música, y muchas parejas estaban bailando salsa cerca del escenario. Para añadir el toque sexy, una piscina infinita azul oleaba hasta la distancia. Spencer ya había visto dos parejas desvestirse hasta quedar en trajes de baño y sumergirse en la piscina como un postre alternativo.

            Antes de su buceo esa mañana, la clase de buceo había visto una película sobre Jacques Cousteau. Por el resto de la tarde, Spencer se había preparado para su salida a cenar. Ahora su cabello rubio caía por su espalda, su piel brillaba gracias a una crema corporal, y sus uñas habían sido pintadas en un tono de rojo llamado Arpía. Estudió a fondo su ropa y la de Kirsten hasta que se decidió por un vestido strapless de lino color turquesa que gritaba Soy hermosa, pero no me esfuerzo tanto. Tan pronto como Reefer vio el vestido, le remarcó que ese era su color favorito.

            Ella había escogido este restaurant también, navegando entre sitios web sobre la vida nocturna en San Juan y escogiendo el lugar que parecía más romántico. Otros chicos del barco tuvieron la misma idea: En la esquina habían dos parejas de Tate. Al otro lado del camino, Lanie Iler y Mason Byers comían buñuelos. Y Naomi Zeigler se acababa de sentar con un grupo de chicas de Rosewood Day, lanzándole una mirada malvada a Spencer cuando la vio a ella y a Reefer juntos. Spencer rechinó sus dientes ante el vestido turquesa que parecía clon de Naomi. ¿Qué? ¿Acaso Naomi la había espiado cuando se estaba preparando?

            Pensándolo bien, Spencer era la que estaba en una cita con Reefer, ¿o no?

            Pero pisándole los talones a ese pinchazo de triunfo, venía una puñalada de temor. A lo mejor Naomi la había seguido aquí porque ella era A.

            Tragándose la preocupación, tomó el tenedor de la mano de Reefer y delicadamente probó un bocado de ceviche. Un intenso, y ácido sabor la golpeó al comienzo. Luego saboreó algo frío y blando. - Está bien - decidió.

            - Prueba de la que tiene chiles - Reefer le acercó otro bowl. - Es increíble cuando lo hacen con chiles reales, no con los secos. Hace unos años me dio por comer mucho ceviche. Estoy tratando de recordar mi receta favorita...- Escribió en su iPhone, inclinándolo a Spencer. RECETAS DE REEFER DESDE LA A HASTA LA Z, decía la pantalla. Ceviche, naturalmente, estaba bajo la C.

            Spencer se rió. - Eres tan organizado.

            Reefer cubrió la pantalla con su mano, se veía avergonzado. Pero Spencer no estaba sorprendida. Él guardaba sus reservas de marihuana en pequeñas cajoneras individuales cuidadosamente etiquetadas. Más temprano, cuando abrió su billetera buscando su ID falsa, sus tarjetas estaban alfabetizadas. Una membresía de AAA al frente, una tarjeta de negocios de Justin Zeis, Personal Trainer, al final.

            - Me gusta todo en su lugar. - Admitió. - No puedo soportar cuando las cosas están desordenadas - Se comió una papa frita. - Puedes decirlo. Soy un menso.

            Spencer se inclinó sobre sus codos. - Si eres menso, entonces también yo. Todo el dinero en mi billetera tiene que estar en orden de acuerdo al número serial en el frente del billete. Si está desordenado, entro en pánico.

            Las cejas de Reefer se levantaron. - ¿Por cuánto has estado haciendo eso?

            - Desde mi primera mesada. Y antes de eso, ordenaba mis juguetes de la bañera junto a ella según tamaño y color.

            Reefer sonrió - Solía ordenar mis LEGOs por tamaño y temática. E insistía en planchar mi ropa del colegio yo mismo—odiaba como lo hacía mi mamá.

            - Yo aún plancho mis jeans a veces. - Spencer admitió, luego se sintió un poco cohibida por decirlo.

            Reefer soltó una risita. - Cuando entré a botánica por primera vez, mi mamá me dio un rack de especias para organizar mis semillas. Me despertaba varias veces por la noche para asegurarme de que nadie las haya puesto en un orden diferente.

            Spencer tomó una papa frita y se la metió a la boca. - Le rogaba a mi padre que me deje ordenar sus archivos. Él pensaba que había algo malo conmigo.

            - Habrías sido una gran ventaja en el Ivy Eating Club[1]. - Reefer bromeó. - Una secretaria perfecta.

            - Que triste que eso nunca ocurrirá. - Spencer miró malhumoradamente la sal en el borde de su copa de margarita. Había estado tan desesperada por entrar a Ivy, pero luego del fiasco de los brownies de marihuana, estaba claro que eso nunca ocurriría.

            Cuando sintió la gran y tibia mano de Reefer cubriendo la suya, ella levantó la vista con sorpresa. - Te divertirás mucho más en Princeton sin ser parte de un Eating club, sabes. - Él dijo suavemente. - Yo me encargaré de eso.

            - ¿Lo harás? - Spencer se atrevió a sonreír.

            - Por supuesto. Nosotros la pasaremos genial. Sé toneladas de cosas divertidas que hacer—cosas que son mucho más geniales que lo que hace esa gente Ivy.

            El corazón de Spencer latía fuertemente. Él había dicho Nosotros. Como si fueran a ser una pareja. Quizás una pareja exclusiva.

            Una trompeta sonó en su oído, y se dio vuelta. La banda de jazz estaba de pie junto a su mesa para una serenata privada. EL guitarrista rasgueó un ritmo lento. El baterista agitaba unas maracas. El cantante comenzó una canción. A pesar de que las letras estaban en español, Spencer reconoció la melodía, era de “I Only Have Eyes For You.”

            - Tiene una bella novia, hombre - El cantante dijo en un acento español entre versos.

            - Lo sé - Reefer dijo, mirando a Spencer con cautela, como si hubiera dicho demasiado. Spencer sonrió atolondrada. ¿Novia? Se lo probó como si fuera un vestido, y le quedaba jodidamente bien. Le sonrió y apretó su mano.

            - ¿Quieren una foto? - Una camarera llevaba una cámara Polaroid. Spencer y Reefer se acercaron y sonrieron. El flash se disparó, y el dispositivo expulsó una fotografía. Spencer la tomó de la mano de la camarera y la puso en la mesa para que se seque.

            Reefer se levantó y le ofreció su mano. - ¿Quieres bailar?

            - Sí. - Spencer inspiró.

            Escogieron un lugar en la pista de baile cercano a la piscina, y Reefer puso sus brazos alrededor de ella.

            - Nunca pensé que fueras del tipo que baila - ella murmuró mientras se deslizaban.

            Reefer hizo un sonido de tsk con su lengua. - Deberías saber a estas alturas que las apariencias engañan. Me gusta bailar—especialmente si es con la persona correcta.

            El corazón de Spencer dio un golpe seco cuando él se acercó a ella hasta que su nariz rozó la mejilla de Spencer. Ella tragó saliva nerviosamente, luego se inclinó hacia él también. El trompetero hizo sonar una serie de notas cuando sus labios se tocaron. Spencer cerró sus ojos y saboreó lima y ceviche y sal. Cosquilleos se sintieron por su cuerpo.

            Se separaron y sonrieron. Un músculo tiritó junto a la boca de Reefer. Pero luego, medio segundo después, su mirada se enfocó en alguien tras Spencer.

            - ¿Molesta si interrumpo?

            La cara angular de Naomi salió a la vista. Ella miraba dulcemente a Reefer, su cabeza ladeada y sus pestañas revoloteando.

            Spencer se puso tensa, queriendo decir que no. Pero antes de que cualquiera pudiera moverse, Naomi se puso frente a Spencer, tomando las manos de Reefer. Spencer trató de mantener terreno, pero luego Naomi le dio un pequeño empujón a Spencer con su cadera. Spencer se tambaleó hacia atrás. Los momentos en el aire se sintieron como una eternidad, y de repente su cuerpo golpeó agua fría con un ruidoso salpicón. El agua entró a sus oídos y empapó su vestido. Su trasero golpeó el fondo de la piscina y rápidamente se impulsó para nadar a la superficie, salió escupiendo.

            Se sacó el cabello de los ojos y miró alrededor. La música aún sonaba fuertemente, pero un montón de gente en la pista de baile se había detenido y la estaban mirando. Camareros estaban congelados en su sitio, con bandejas en mano. La boca de Reefer seguía abierta. Los ojos de Naomi estaban bien abiertos. Luego de un momento, se acercó cuidadosamente al borde de la piscina.

            - Dios mío, Spencer, ¿estás bien? - dijo en una falsa voz de preocupación - ¡Deberías ser más cuidadosa!

            Spencer quería tomar el tobillo de Naomi y tirarla a ella también, pero Naomi ya se había dirigido de vuelta a Reefer, asumiendo, quizás, que iban a seguir bailando. Pero Reefer se volvió hacia un camarero, quien se apresuró con una toalla.

            Spencer salió de la piscina y dejó que Reefer envuelva la toalla alrededor de sus hombros. - Eso fue incómodo - murmuró, distraído, mientras la guio hasta su mesa. - Quizás no deberíamos haber bailado tan cerca de la piscina ¿huh?

            No con Naomi cerca, Spencer pensó amargadamente. Su celular sonó adentro de su cartera, y ella se inclinó. Un nuevo mensaje de Anónimo.

            Ella miró a sus espaldas. Naomi miraba por la ventana, con su celular en sus piernas. Había un matiz de sonrisa en su cara, como si estuviera guardando un delicioso secreto.

            Spencer miró a Naomi, quien ahora estaba dirigiéndose a la salida con su cabeza en alto, como si su trabajo allí estuviera hecho. Luego Spencer miró el mensaje.

        Si Sabes lo que es mejor para ti, Spence, te alejarás de él. Hay muchos peces en el mar. O, después de que acabe contigo, en el terreno de la prisión. —A

       
[1] Eating Club: Club social de las universidades americanas, los participantes disfrutan comidas y discursos. Para ingresar hay que pasar por un contencioso proceso de admisión.
Ivy Eating Club: (Ivy=de honor) Uno de los Eating Clubs más prestigiosos de la Universidad de Princeton.

viernes, 16 de agosto de 2013

Burned - Capítulo 13: La Gente que Flota en Botes de Vidrio no debería lanzar Piedras

             Traducido por: Daniela
            Corregido por: Frío

            - ¡Bienvenidos a Puerto Rico! - la voz de Jeremy retumbó por el altoparlante la mañana del Jueves. Lo dijo con un acento español extravagante, alargando las rs.
           
Emily miró cómo un montón de chicos agitaba bufandas hacia la gente en la orilla. Una versión acústica y soñada de “Over the Rainbow” sonó por los altoparlantes, y todos se quejaron. Esa misma canción había sonado cuando habían partido de Newark, luego la mañana siguiente en el mar, luego para convocarlos a la cena la noche anterior. Se estaba poniendo un poco antigua.

Se sentó en una banca, inhalando el húmedo aire. Jordan le había dejado una nota en su velador hace un rato, diciendo que iba a buscar un café y que Emily la encontraría allí. Cuando su celular sonó, esperaba ver el nombre de Jordan, pero era el de Hanna.
           
- Tengo a Spencer y a Aria en la línea también - Hanna dijo tan pronto como Emily contestó - Me junté con Naomi. Ella no parece saber que estuvimos involucradas en el accidente de Madison—pero alguien lo sabe. A me envió otro mensaje al respecto.
           
- ¿Averiguaste si Madison murió? - Emily preguntó, su corazón se detuvo. Por favor di que no murió, pensaba. SI alguien más moría por culpa de ella, no estaba segura de cómo iba a continuar. Pero entonces, averiguar que Madison no había estado solo desmayada por el alcohol, como pensaron, era suficiente para un juego mental. ¿Cómo podría haber huido de la escena, dejando a una chica herida e inocente atrás? Emily seguía imaginándose al policía leyendo sus cargos, las miradas en las caras de sus padres. Su madre probablemente caería muerta—y sería otra muerte más de la que Emily era responsable.
           
- No sé aún si murió - Hanna admitió - Fuimos interrumpidas antes de llegar a eso, y me sentí rara sacando esa pregunta.
           
- Tienes que tratar de averiguar lo que ocurrió, Hanna. - Aria se urgió. - Si murió, o si fue herida, eso hace que sea un caso más fuerte el que Naomi sea A.
           
- Lo sé, lo sé - Hanna sonaba distraída. Luego suspiró. - Pero estoy confundida. Naomi parece tan serena e inocente. ¿Podría ser una actriz así de buena?
           
- Me llegó un mensaje de A ayer, y cuando lo leí, Naomi me estaba mirando fijamente, - Aria dijo - Mi mensaje era otra referencia a Jamaica. Necesitamos averiguar esto pronto y hundir a A antes de que A nos arruine.
           
- ¿Saben de quien yo no estoy tan segura? - Hanna dijo - El ex de Tabitha. Él estaba solo en el bar karaoke, Aria, y parecía que me estaba mirando.
           
- Él no es A - Aria dijo tercamente.
           
- ¿Cómo puedes estar tan segura? - Spencer preguntó - Él también estaba allí cuando tú recibiste ese mensaje ayer, ¿o no?
           
- ¿Pero cómo podría saber todo lo demás que hicimos? - Aria dijo. - Él estuvo en Sudamérica el verano pasado, ¿recuerdan?
           
- Eso dice él.
           
Hubo una pausa tensa en la línea. Finalmente, Spencer suspiró y dijo que tenía que irse. Las otras chicas también colgaron, pero prometieron juntarse más tarde para conversar sobre su baile hula. Luego de presionar FINALIZAR, Emily masticó su goma de mascar. A pesar de que no creía que Naomi fuera A, también recordaba algo del verano pasado—quizás ella y Naomi tenían una conexión. Luego del accidente, cuando Emily estaba en Philadelphia, había estado contoneándose a casa desde el restaurant de pescado donde trabajaba, en una conversación profunda con Derrick, su amigo y colega. Habían estado hablando de lo desgarrador que fue el regreso de la Verdadera Ali a Rosewood para Emily, especialmente por el beso que se dieron.
           
- ¿Estás segura de que murió en el incendio? - Derrick preguntó
           
- Algo - Emily dijo, mirando a otro lado. No era como si pudiera contarle a Derrick que Ali no había muerto en el incendio—que ella se escapó por la puerta que Emily dejó abierta. Pero Ali había muerto cuando Aria la empujó por el techo en Jamaica.
           
Luego se detuvo de golpe, mirando a alguien al otro lado de la intersección. Allí, de pie en la ventana de la tienda BCBG, estaba Naomi Zeigler.
           
- Oh dios mío - Ella jadeó, tirando a Derrick por la vuelta de la esquina. Esperó hasta que Naomi se haya ido, luego se fijó en estar segura. ¿Pero y si Naomi había visto?
           
El celular de Emily sonó otra vez, trayéndola de vuelta al presente. Aria, decía la ID del llamante. - ¿Qué harás hoy, Em? - ella preguntó - ¿Quieres ir a desayunar?
           
Justo entonces, Emily vio a Jordan girando por la esquina. Usaba un par de shorts Bermuda color kaki y una remera azul cielo que Emily le había prestado. El mismo cintillo de seda sostenía su largo cabello oscuro.
           
- Uh, no puedo - dijo.
           
- ¿Por qué no? - Aria sonaba preocupada. - ¿Todo está bien?
           
- Todo está genial - Emily dijo en una voz más baja - Mejor que genial, de hecho. - Miró a Jordan mientras caminaba hacia ella, con una gran sonrisa. - Me hice una increíble nueva amiga.
           
- ¡Oh! - Aria sonaba contenta. - Eso es bueno. Al menos algo bueno está ocurriendo en este viaje. ¿Podré conocerla?
           
Emily mordió la punta de sus lentes de sol. Aria podría no aprobar el hecho de que ella  estaba escondiendo a alguien en su dormitorio. Ya estaban en suficientes problemas.
           
- Um, te avisaré - dijo abruptamente, y luego colgó.
           
Dejó su celular en su bolso y le sonrió a Jordan - ¿Qué haremos hoy? - le dio un codazo juguetonamente. - Más vale que sea bueno. Me saltaré Avistamiento de Pájaros para esto. - Su instructor de avistamiento de pájaros tenía una expedición a la playa planeada, sin embargo, si era algo como el avistamiento de ayer, Emily estaría tan aburrida que casi se dormiría mirando por los binoculares. Había una cierta cantidad de emoción que podía simular por los charranes y pelícanos.
           
Jordan extendió una mano para ayudar a Emily a levantarse. - Iremos hacia la orilla.
           
- ¿Estás segura de que es una buena idea dejar el barco? - Emily preguntó incrédula. - No quiero meterte en problemas.
           
Jordan levantó un hombro. - ¡Vive un poco! ¡Ahora vamos, lindura!
           
Lindura. Jordan también la había llamado sexy, cariño, y amorcito. Maya St. Germain solía ponerle nombres como ese, y Emily debía admitir que le gustaba. Desde que Emily había conocido a Jordan, su fascinación se había transformado en una atracción desarrollada. Se quedaban despiertas cada noche, hablando sobre sus vidas. Jordan no se burlaba de Emily por ninguno de los balbuceos que habían salido de su boca, como Ali lo había hecho. Ella solo escuchaba con una sonrisa intrigada, como si Emily fuera la persona más interesante en el mundo.
           
Caminaron por la rampa y caminaron por el húmedo aire de Puerto Rico. El sol brillaba en el agua. Pasaron un grupo de chicos usando poleras de la Preparatoria Ulster, la escuela de Jordan. - ¿Quieres saludar? - Emily preguntó.
           
Jordan la miró sin expresión. - ¿A quién?
           
- A... - Emily se desvió. Ya habían pasado a los chicos de Ulster; el momento había pasado.
           
- ¿Qué haremos? - preguntó mejor - ¿Vagar por las calles? ¿Sentarnos en un café y escuchar música mariachi?
           
- Paciencia, saltamontes. - Jordan golpeó la cadera de Emily, luego giró de golpe a la izquierda y caminó a un segundo puerto lleno de yates atados y veleros. Bajó por el muelle como si lo conociera, deteniéndose junto a un largo y cuadrado bote a motor balanceándose suavemente en las olas. - Este servirá - Emily pensó que la escuchó murmurar.
           
Subió al bote. Se movió ligeramente bajo su peso, y estiró sus brazos para equilibrarse. Se acercó a la cabina y miró los calibradores. Luego abrió una escotilla junto al volante. Luego de un poco de jugueteo, el motor prendió.
           
- ¿Bien? - Llamó a Emily por sobre los sonidos rugientes. - ¿Abordarás o no?
           
Emily parpadeó - ¿Este es bote?
           
Jordan se rio - ¡No, tonta!
           
- Entonces ¿Qué estás haciendo?
Jordan se apoyó en el volante. - A quien sea que le pertenezca no se ha ocupado de él por largo tiempo - Apuntó a un sticker en el costado. - ¿Ves? La licencia está fuera de tiempo. Y hay un montón de polvo a los lados—no ha sido limpiado en años. - Palmeó uno de los asientos de cuero. - Pobre vieja. Extrañas ir al mar ¿o no?
           
- ¡Pero nos podríamos meter en grandes problemas! ¡Pensé que querías quedarte bajo el radar!
           
Jordan tomó un gorro de capitán que colgaba de un gancho junto al manubrio y lo puso en su cabeza. - No vale la pena vivir la vida si estás asustada todo el tiempo.
           
Emily miró sobre su hombro, medio esperando ver la sombra de A escondiéndose tras un barco Chris-Craft estacionado cerca de ellas. Pero no había nadie. Eran solo ella y Jordan y un puerto lleno de barcos. Jordan estaba en lo cierto: Ella estaba asustada todo el tiempo. ¿Cuándo se había divertido por última vez?
           
Indecisamente puso un pie en el barco. - Solo una vuelta pequeña, ¿está bien?
           
- ¡Yay! - Jordan celebró, apresurándose para ayudar a Emily a subir. Le dio un gran abrazo a Emily, sosteniéndola por unos segundos extras. La piel de Emily sintió un hormigueo. La promesa de más abrazos como ese era la razón de romper las reglas.
           
Jordan desató el bote del nudo. Entonces, con un vuelco al volante, retrocedió el barco en el puerto. Una ventisca de aroma salado azotó, soplando el pelo de Emily alrededor de su cara. En segundos, estaban pasando el crucero, luego un grupo de veleros. Cuando rodearon el viejo fuerte en la periferia de la ciudad, Emily miró abajo y notó algo. EL fondo del bote era de vidrio. Peces nadaban con gracia solo a pulgadas bajo ella, visibles a la brillante luz solar.
           
- ¡Oh dios mío! - Puso sus palmas en el vidrio. - ¡Jordan! ¡Ven a ver!
           
Jordan dejó el bote en reposo y caminó hacia el casco también. Peces tropicales fluían bajo sus pies. Plantas oceánicas se balanceaban suavemente. - Wow. - Ella dijo.
           
- Nunca he visto algo como esto - Emily suspiró - ¡Ni siquiera necesitamos una máscara de buceo!
           
Miraron el agua en asombro por unos minutos. Pero cuando Emily miró el abismo, su ánimo feliz comenzó a cambiar. Ni siquiera un año atrás, Tabitha había sido llevada por el mar en este mismo mar. Peces tales como estos habían nadado alrededor de su cuerpo impacientemente, presenciando cómo se consumía. Algas marinas se habían enredado en su cabello y orejas. El agua salada la había erosionado lentamente, meticulosamente, hasta que solo quedaron huesos.
           
Un extraño sonido gorjeó desde el fondo de su garganta. Jordan se dio vuelta. - ¿Estás bien?
           
- Estoy bien - Emily logró decir.
           
Jordan se acercó, sus ojos verdes estaban expandidos. - No, no lo estás. ¿Tienes miedo porque tomamos este bote?
           
Emily se cruzó de brazos, de repente estaba fría. Tengo miedo por todo, quería decir. Pero si abría la boca, temía que todos sus secretos se le escaparían en cuestión de minutos. No podía contarle a Jordan sobre Tabitha. Era muy peligroso.
           
- Estoy agradecida de que estemos aquí - finalmente se las arregló - Necesitaba hacer esto. Alejarme de mi vida.
           
Jordan movió su cabeza. - Las cosas en casa son así de malas ¿huh?
           
Emily asintió, sintiendo un nudo en su garganta.
           
- ¿Tus padres? - Jordan adivinó - Dijiste que no te querían cerca.
           
Las lágrimas llenaron los ojos de Emily, y ella asintió otra vez. - Ellos me odian.
           
- ¿Qué ocurrió, exactamente?
           
Emily la miró, luego respiró profundamente. Este era un secreto que ella podía compartir. - Supieron que tuve un bebé el verano pasado. Cuando les dije la semana pasada, ellos no solo se asustaron—se apagaron.
           
Jordan pestañeó lentamente. - ¿Tuviste un bebé?
           
Emily se avergonzó por el tono de voz de asombro de Jordan. Probablemente estaba disgustada. Pero luego miró la cara de Jordan. Era amable y acogedora. Continúa, parecía que su expresión decía. Estoy escuchando. Me gustarás de todos modos.
           
Todo salió de su boca. La parte de Gayle. Incluso abandonar la oferta y dejar el bebé en la entrada de los Bakers - Luego de que Isaac se enteró, pensé que era tiempo de que mis padres lo sepan - dijo - Pero ahora es como que ya no soy parte de la familia. Han estado enojados conmigo antes, pero esta es una liga completamente diferente. Sé que debería odiarlos, pero los extraño tanto.
           
Miró abajo a los peces flotando, con lágrimas en sus ojos. Todo lo que dijo era dolorosamente cierto. Había pasado por mucho con su familia, pero ella pensó que iban a comenzar a entenderse entre sí.
           
Jordan se acercó y tocó la mano de Emily - Eres tan, tan valiente - dijo tranquilamente. - Yo no podría hacer lo que hiciste. Nada de eso.
           
Emily parpadeó para sacarse las lágrimas. - Fue realmente muy, muy difícil.
           
- ¿Cómo es? - Los ojos de Jordan estaban bien abiertos - Estar embarazada, digo. Dar a luz. Pasar por algo tan...trascendental. No puedo imaginarlo.
           
- Da miedo, - Emily respondió. - Pero también es impresionante. Mi parte favorita era sentirla patear. Podía recostarme por las noches y poner mi mano sobre mi barriga y quedarme así por horas. Al comienzo, es como un pequeño revoloteo en tu interior. Pero luego, cuando ella creció, las patadas eran más fuertes. Era algo asombroso.
           
- Wow - Jordan susurró.
           
Lágrimas se acumularon en sus ojos, y miró a Jordan agradecidamente - Nadie me había preguntado eso, sabes. Siempre fue sobre qué hice mal o la terrible persona que fui.
           
- No eres terrible, - Jordan dijo - Eres increíble.
           
Emily miró a Jordan tímidamente. - Yo creo que tú también eres increíble - Susurró.
           
Jordan puso un dedo en la rodilla de Emily. En vez de sacarlo de allí medio segundo después, lo dejó permanecer ahí. Emily miró la rosada uña con forma de luna, luego se deslizó más cerca. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Antes de darse cuenta, sus labios se estaban tocando. La nariz de Emily se llenó con el fuerte aroma a perfume de jazmín. Corrió sus dedos de arriba a abajo por los desnudos brazos de Jordan. Su piel era tan suave como pétalos.
           
Se acercaron, inhalándose la una a la otra, y cuando se separaron, se miraron a los ojos.
           
- Yay - Jordan susurró atolondrada. - Esperaba que eso ocurriera.
           
- Yay por , - Emily insistió, acurrucándose sobre el regazo de Jordan y mirando las nubes.
           
- Yay por nosotras. - Jordan corrigió. Y luego se sacó el gorro de capitán y lo puso en la cabeza de Emily, y abrió sus brazos otra vez.